SANTIAGO.- El sacerdote y ex rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, llamó a "evitar los simplismos" en la discusión por la situación de los presos enfermos terminales que se encuentran al interior del penal de Punta Peuco.
El religioso defendió la idea de otorgar mejores condiciones a los condenados que se encuentren en situaciones graves de salud y que se muestren arrepentidos a través de la colaboración con las investigaciones.
"He escuchado que algunos dicen que ninguno está arrepentido, que no colaboran (...) pero hay algunos que han colaborado", sostuvo en entrevista con Tele13 radio.
"No podemos decir que nadie está arrepentido. Yo tengo otra experiencia. Pero creo que los hechos son de tal magnitud que ojalá sea algo más público (el arrepentimiento) y que vaya acompañado de las consecuencias del pedir perdón, como por ejemplo el colaborar con la justicia", agregó.
Sus declaraciones se dan luego de que trascendiera que un grupo de reos del penal Punta Peuco pedirían perdón esta semana por los delitos de lesa humanidad cometidos, en el marco de una ceremonia ecuménica a la que él mismo asistirá junto con el ex capellán de La Moneda, Alfred Cooper, entre otros invitados.
El sacerdote aseveró que se debe matizar las posturas y llamó a "no confundir los conceptos" ni las peticiones que se realizan para "dignificar" la situación de este tipo de reos.
"Clarifiquemos lo que se pide (...) hay gente que cree que se está pidiendo indulto. Yo nunca he pedido indulto, solo hemos pedido que las condenas se cumplan de manera mínimamente humanitaria", argumentó y aclaró que a su parecer los delitos de lesa humanidad siempre deben ser investigados.
"Tener preso a una persona que no sabe exactamente donde está, que está completamente perdido y que no tiene control de su esfínter, es una cosa denigrante. A quién se le está dando señales con eso, qué país somos que necesita esas señales (...) no se está pidiendo que haya libertad, si no que se le dé un trato mínimamente humano".
Por último, agregó que se debe confiar en el arrepentimiento de las personas. "Para ser preciso tengo fe y esperanza de que no será una treta, pero objetivamente no hay futuro y no hay país si no establecemos confianzas", enfatizó.