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Senador Jaime Quintana: "Hay ministros que están tirando la toalla y esperando que pase la carroza"

El parlamentario PPD cuestiona el comportamiento de los secretarios de Estado que, asegura, están cometiendo errores políticos, principalmente en materia educacional. Según su análisis, ésto afecta el futuro de la coalición.

31 de Diciembre de 2016 | 12:00 | Emol
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"El PS se siente ‘presionado’ por Lagos, como si el ex Presidente fuera un extraño para ellos. Que yo sepa, Lagos siempre fue un intelectual y político vinculado al PS", dice el senador.

Jonathan Mancilla, El Mercurio
SANTIAGO.- El senador y vicepresidente del PPD, Jaime Quintana, se encuentra en Temuco. En la Novena Región —a la que representa en la Cámara Alta desde hace casi siete años—, y junto a su familia, el parlamentario esperará la llegada del 2017.

Y mientras espera que termine el 2016, hace un balance positivo para el Gobierno en materias como infraestructura hospitalaria o energía, pero también cuestiona el manejo político del Gobierno en la reforma educacional, la cual —dice— se ha "desnaturalizado".

Además, la semana pasada se negó a participar de dos comisiones del Gobierno, destinadas a aprobar el proyecto de nueva Educación Pública y reforma a la educación superior, señala a "El Mercurio".

—¿Por qué se negó a participar de dichas instancias?
—Porque veo con preocupación lo ocurrido en este tiempo. Hay signos de freno y contramarcha en la reforma educacional. Nadie está contento con la reforma. El Gobierno se está alejando de los principios que inspiraron la reforma. La discusión de la glosa terminó entregando recursos a universidades a las cuales no se les prohíbe lucrar, no se le pone límite a la expansión de matrícula y, lo que es peor, no se le pone límite al cobro de aranceles, que son los más caros del mundo en algunos casos. Y ahora la ministra vocera (Paula Narváez) dice que el Gobierno va a reponer la indicación sobre selección (en liceos emblemáticos). Entonces se han dado un conjunto de elementos que muestran que el Gobierno ha ido haciendo un viraje en su agenda de educación. Haré todo mi trabajo legislativo como corresponda y entregaré mi punto de vista, pero no quiero comprometer a nadie en esto.

—¿Quiso dar una señal al Gobierno?
—No soy la persona indicada hoy para representar la opinión del Gobierno, porque no sé adónde va el Gobierno, no sé adónde apunta con las últimas definiciones en materia educacional que le hemos conocido. A juzgar por lo visto, me parece que esto ya es más bien un viraje a la derecha.

—¿A qué atribuye esta situación?
—Francamente, no sé cómo el Gobierno entra tan mal a la discusión; o sea, todo esto surge a raíz de bajos puntajes de la PSU en liceos emblemáticos, y lo que nadie puede discutir es que los puntajes de la PSU demostraron que en Chile existe una profunda segregación en materia escolar. El Gobierno se aproxima a esta discusión de la forma equivocada, porque le sigue el juego a la derecha. El Ejecutivo tiene que preocuparse de cómo se hace cargo de esos cientos de miles de jóvenes que no alcanzan los 450 puntos para postular, por tanto no van a tener gratuidad, no van a poder acceder a la principal política de este gobierno, que es la gratuidad. Esa debería ser la discusión, y no una discusión sobre los puntajes nacionales.

"Ha habido errores políticos de proporciones"

—¿Ha planteado esta situación a la ministra de Educación, Adriana Delpiano, o al de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre?
—Hice sentir mi disconformidad y decepción con el Gobierno por la negociación de la glosa de becas, manifesté mi decepción a los tres ministros PPD (Delpiano, Eyzaguirre y Rodrigo Valdés, titular de Hacienda), y con ello, mi consiguiente distancia con lo que el Gobierno está haciendo en educación; entonces prefiero esperar que el Ejecutivo encuentre el foco.

—¿Se perdió el foco en educación?
—Creo que ha habido errores políticos de proporciones. Si hay una reforma que deberíamos cuidar, es la de educación, y particularmente educación superior; ahí se juega el legado de este gobierno, y por lo tanto, si nosotros desvirtuamos esa reforma, no solo les fallamos a los estudiantes, le fallamos a un Chile que creyó en nuestra promesa de mayor equidad. En un momento, el Gobierno decide escuchar a Ignacio Walker, a Ena von Baer, a algunos diputados de la derecha, a Jaime Bellolio probablemente, y dejó de escuchar a la centroizquierda, buscar un consenso con la derecha, cuando todos sabemos que a la derecha no le interesa ningún cambio en materia educacional. Creo que ahí se pierde la Nueva Mayoría y el Gobierno.

—¿Por qué cree que el Ejecutivo busca consensos con la oposición?
—Primero, quiero dejar fuera a la Presidenta de esto, porque la veo muy firme en sus convicciones, en todos los temas, también en educación, pero hay ministros que están tirando la toalla y esperando que pase la carroza, no habiendo razones para ello, porque la presidencia está completamente abierta.

—¿A qué se refiere?
—Es evidente que el Gobierno, en distintos ámbitos, no está escuchando o está cometiendo errores. El proyecto en materia de educación superior no tiene a nadie contento, no hay nadie satisfecho, porque el Gobierno tiene que enfocarse, tiene que decir a 'estos sectores vamos a privilegiar'.

—¿Cuál es su evaluación entonces de la ministra Delpiano?
—Creo que ha tenido aciertos bien notables, pero no estoy seguro de que ella sea la responsable de este viraje que estoy advirtiendo en materia educacional.

—¿Quién es el responsable, entonces?
—Creo que hay responsabilidades compartidas dentro del Gobierno, de todos los ministros. Cuando se vio la extensión de las becas Bicentenario (para universidades particulares), fue un error de todo el comité político. Eyzaguirre tiene la Segpres, que es conductor del tema legislativo, pero no es el único; también está Interior, y aquí hay responsabilidad política de los ministros políticos, también de Educación, de no advertir estos cambios, esta desnaturalización que estamos llevando de la reforma.

—¿Ve suficiente compromiso en los ministros?
—No lo he visto últimamente. He visto una seguidilla de errores; esa ha sido la característica de esta última fase.

—Los senadores PPD manifestaron su descontento con el Gobierno. ¿Sus pares apuntan a esta misma crítica?
—Esa reunión fue franca. Valoro la disposición que tuvo la ministra Paula Narváez. Hay distintas materias donde los miembros de la bancada no se han sentido escuchados y sus propuestas no han sido acogidas, como corresponde a una bancada que, lejos, ha sido la que ha entregado apoyo irrestricto al Gobierno en los primeros tres años.

—¿Entiende entonces lo que pasó con el PS?
—Guarda relación con lo mismo que acabo de señalar. Los sectores que más apoyo le han brindado al Gobierno en un momento dejan de ser escuchados, y evidentemente que eso genera malos estados de ánimo.

—Usted fue uno de los impulsores del segundo gobierno de la Presidenta Bachelet. ¿Imaginó este escenario a tres años de mandato?
—La verdad, no. El Gobierno ganó por un relato de cambio profundo, y ese relato se ve desdibujado. Extraño los cien primeros días del Gobierno. El avanzar así como la selección cuando toca el balón, un juego dinámico con logros, con despacho de leyes. Esa ofensiva que se vio al comienzo, hoy día yo no la veo. Ese ímpetu no lo veo. Esa mística no la veo.
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