El Mercurio (Archivo)
SANTIAGO.- Un informe reservado elaborado por el Centro de Asistencia a Víctimas de Atentados Sexuales de la PDI (Cavas), a la menor Lissette Villa, concluyó que la niña -cuya muerte en abril del año pasado al interior del Cread Galvarino del Sename, reveló la crisis del servicio- habría sido víctima de ataques sexuales por parte se su padre, Javier Villa Hidalgo (57).
La existencia del documento, con fecha 29 de enero de 2016 -y que es parte de la carpeta investigativa- fue el principal fundamento que el querellante Sebastián Lafaurie -en representación de la madre de la mejor Juana Poblete- expuso ante el 7° Juzgado de Garantía de Santiago para sustentar su pretensión de excluir al padre de la pequeña como querellante en el caso.
Lo anterior, porque -a su juicio- el hombre no tiene legitimación activa para ello pues no tiene la calidad de víctima, sino de victimario.
En el escrito de 12 páginas -al que tuvo acceso Emol- se establece que Lissette "presenta indicadores de daño severo vinculados a diversos eventos biográficos de índole traumática, entre los que se encuentran experiencias de transgresión en la esfera de la sexualidad, siendo de mayor impacto aquellas que la referida vincula a su figura paterna".
De acuerdo al análisis, la menor "refiere experiencias de transgresión sexual acontecidas en la comuna de Tiltil, durante el periodo en que habitaba con su familia de origen".
Señala que "habría sido objeto de vulneraciones en la esfera de la sexualidad por parte de su figura paterna (...) dando cuenta de una experiencia negativa (...) indicando elementos sensoriales relacionados a una vivencia invasiva hacia su corporalidad vinculada a la genitalidad masculina, identificando al señor Javier Villa como autor de ésta".
El informe agrega -además- que al respecto la niña "solo logra verbalizar elementos parciales vinculados a su vivencia de vulneración sexual, siendo incapaz de entregar un relato fluido y detallado de los hechos, debido a que la evocación y verbalización de estas experiencias traumáticas da lugar a una significativa perturbación emocional".
"En concordancia con lo anterior, al explorar los aspectos más profundos vinculados a las vivencias de vulneración sexual asociadas a su figura paterna, aparecen sentimientos de indefensión y temor. De modo tal que, tras relatar la agresión sexual sufrida por parte de su padre, la consultante refiere espontáneamente en sesión: "Es un secreto, no le diga a nadie (…) me da miedo, mi papá es malo, me va a matar".
Lo anterior, detalla, da cuenta de una percepción amenazante, violenta y omnipotente de dicha figura, que se plasma en el temor que siente la menor a las represalías que podría llevar a cabo el imputado contra ella por haber develado los hechos.
Incluso, el estudio agrega que Lissette habría sufrido maltrato físico, ya que según el relato de la niña "su padre en varias oportunidades, le habría azotado la cabeza contra el suelo de manera reiterada y en una ocasión le habría arrojado a un canal de agua, tras lo cual habría tenido dificultades para salir de éste al resbalarse por el barro".
Por último, se establece que en la niña predominan "sentimientos de temor, rechazo y rabia" hacia su padre, "señalando que 'quiero que se muera ', anhelando de este modo, una sanción y, por otra parte, evitar nuevas victimizaciones, lo que -a su juicio- solo podría lograrse de manera definitiva por medio por medio de la desaparición concreta de la existencia del imputado".
Este miércoles, en tanto, el fiscal regional de Los Lagos, Marcos Emilfork, confirmó que "efectivamente existe una causa vigente en la fiscalía relacionada con eventuales delitos sexuales en los cuales fue víctima Lissette", y que fue aludida por el abogado de la madre de la niña, Sebastián Lafaurie en la audiencia de hoy.