SANTIAGO.- Pese a los cuestionamientos que pesan sobre el sistema de salud privado —cuyos reajustes tarifarios son reclamados judicialmente por cerca de un 10% de sus usuarios—, este venía creciendo sistemáticamente durante los últimos años.
Sin embargo, durante 2016 Masvida evolucionó a contracorriente, pues perdió 20 mil usuarios. Pero la proyección de la autoridad es peor, luego que se agudizara la exposición pública de los problemas financieros que enfrenta el holding Empresas Masvida, controladora de la isapre.
Según la estimación de la Superintendencia de Salud, en noviembre de 2016 había 560.935 usuarios de esta aseguradora, pero durante las últimas semanas se habría agudizado la fuga, llegando a una estimación para el mes de enero de 550.047. Es decir, casi once mil personas menos en solo dos meses.
Según la diputada Karla Rubilar, el problema es que "los jóvenes sin preexistencias que están en esa isapre se están yendo, porque cualquier otra isapre los recibirá, y quienes quedarán en Masvida serán los más viejos y los enfermos, que son los más caros y que se cofinanciaban gracias a la cartera de jóvenes".
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El Mercurio" contactó a Masvida para pedir su opinión sobre los movimientos en su cartera de beneficiarios, sin obtener una respuesta hasta el cierre de esta edición.
Ajetreo en sucursales
El complejo panorama que enfrenta la aseguradora se ve reflejado en sus oficinas. Al llegar a la sucursal de Morandé 350, en el centro de Santiago, se ve a distintos vendedores de otras isapres entregando sus tarjetas de contacto e intentando convencer un eventual cambio de seguro de salud a quienes salen del local.
Aprovechando la hora de almuerzo para ir a la isapre a buscar información, los oficinistas afiliados escuchaban atentamente las ofertas de los agentes de ventas.
Dentro de esta sucursal, copada de usuarios, estaba Sebastián Amado (26), quien fue a averiguar sobre los convenios de la isapre con distintas clínicas.
Amado está "expectante" y evaluando si continuar como afiliado en Masvida. "Voy a ver si me conviene hacer la prestación de operarme la vista antes de retirarme, porque uno como cliente tiene que aprovechar todos los beneficios. Entonces, me opero y, si es que esto sigue en crisis, me retiraré y seré un afiliado más de Fonasa", afirma.
Cerca del mediodía de ayer, en avenida Manuel Montt 383, Providencia, más de 40 personas esperaban ser atendidas por los funcionarios de Masvida.
Una de ellas, Catalina González (30), cuenta que fue a urgencia de la Clínica Las Lilas (que es parte del mismo holding de Masvida), donde le dijeron que si no pagaba de forma particular no podía ser atendida.
"Ahora vine a preguntar, porque mi plan es preferente con la Clínica Las Lilas y me dijeron que no hay solución para eso. Que espere un par de días, porque si me desafilio ahora igual tengo que pagar este mes y pasaría recién como desafiliada en marzo", explica.
A diferencia de estos afiliados, la situación de Jorge Espinoza (86) es aún más compleja: "Me preocupa que mucha gente se está desafiliando y yo no puedo hacerlo porque tengo preexistencias. No me aceptarían en ninguna parte", asevera.
