SANTIAGO.- Todos los testigos aseguran que el conductor del Tur Bus que la madrugada del sábado volcó en la ruta que une Mendoza con Los Andes dejando un total de 19 muertos -dos de ellos chilenas- y 22 lesionados, lo hacía a exceso de velocidad.
De hecho, según revelaron desde la Fiscalía de Luján-Maipú (Argentina) el tacómetro registró que en el momento del accidente el vehículo viajaba a 100 kilómetro por hora, siendo que no debió haber excedido los 90 y en la Curva de Yeso, donde volcó, el límite máximo es 40 kilómetros por hora.
Según reveló el Diario Uno de Mendoza, Pedro Vargas, segundo chofer en el bus, dormía mientras Francisco Sanhueza conducía el vehículo 2267 de Tur Bus.
Sin embargo, Vargas interrumpió su descanso para reclamarle a su compañero que viajaba a exceso de velocidad y sólo minutos después se volcó.
De hecho, habría sido este testimonio el que le permitió quedar en libertad el sábado en la noche y liberado de la causa que se conoce en el país vecino, como la mayor tragedia de Mendoza.
En tanto Sanhueza, quedó preso en Bouylogne Sur Mer, imputado por homicidio simple con dolo eventual y por lesiones, ya que una pasajera quedó cuadripléjica y otra sufrió la amputación de parte de su brazo.
Pasajeros
Los medios trasandinos también han publicado el testimonio de los pasajeros, quienes coinciden con el segundo conductor del Tur Bus siniestrado.
"Todos le gritaban al chofer que bajara la velocidad, que iba muy fuerte" comentó al diario La Nación de Argentina, Alejandra de la Fuente, quien es una de las sobrevivientes.
En su testimonio dice que luego no recuerda que ocurrió: "sentí un golpe, me desvanezco y desperté en el Hospital de Uspallata".
Leandro Toirres, de 18 años, quien también viajaba hacia Chile esa noche y resultó con lesiones leves, también afirma que el conductor se habría excedido en la velocidad.
"Iba muy rápido, muy rápido. Los pasajeros se quedaban, le gritaban, pero después cuando se fueron a parar, ya se había dado vuelta", contó.
Y agregó que "el colectivo (bus) andaba muy rápido. me desperté tres minutos antes, y no se podía creer lo rápido que iba. Eso sí, la chicharra (que advierte el exceso de velocidad) no funcionaba, algo pasaba con ese aparato que no funcionaba".