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Sin electricidad ni alcantarillado: Así viven los vecinos del campamento que paralizaron el piscinazo

Antes de lo ocurrido el sábado, los pobladores de Felipe Camiroaga -uno de los campamentos más grandes de Viña del Mar- han realizado diversas manifestaciones para conseguir mejoras en los servicios básicos.

27 de Febrero de 2017 | 09:54 | Emol
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SANTIAGO.- Sin agua potable, electricidad, alcantarillado, ni tampoco locomoción. De esta forma viven los habitantes del campamento Felipe Camiroaga, que este sábado se manifestó a las afueras del Hotel O’Higgins, provocando la suspensión del tradicional piscinazo de la reina del Festival de Viña del Mar.

Sin embargo, esta solo fue una de las tantas manifestaciones que los habitantes del campamento han realizado este último tiempo, exigiendo al municipio la habilitación de servicios básicos.


Según reporta La Estrella de Valparaíso, en este campamento viven más de cuatro mil personas en casas que no cuentan con electricidad. Solo hay algunos vecinos que tienen generadores de energía, pero que el alto costo de bencina para que estos funcionen, hace que este beneficio solo dure pocas horas al día.

Además, los residentes del campamento se quejan de estar expuestos a la posibilidad de incendios forestales al lado de sus casas.

El campamento

El campamento Felipe Camiroaga fue construido el año 2011 por aproximadamente 900 familias en la parte alta de Forestal, en Viña del Mar, y es considerado uno de los campamentos más grandes del país.

Si bien la mayoría de los trabajadores del lugar se dedican al rubro de la construcción, en el lugar residen también residen enfermeros, paramédicos, comerciantes, choferes de camiones y trabajadores independientes, entre otras actividades.

"Todos los que estamos acá llegamos como pobladores que vinimos a tomar un terreno por diversas necesidades. Estamos hablando de gente que no está en situación de calle, sino que gente trabajadora que estuvo postulando por años al subsidio, y que nunca salió", declara Miguel Torres, dirigente del campamento, a La Estrella de Valparaíso.

Sin embargo, Torres asegura que los primeros dirigentes del lugar se aprovecharon de la situación y lucraron con los terrenos.

"Vendían terrenos a gente de Santiago, que los compraban como parcelas de veraneo y venían los fines de semana. Toda esa gente se sacó de acá", afirma.

Pero luego esto cambió con la llegada de nuevos dirigentes, que empezaron a ordenar el campamento y lograron su consolidación el año 2013.

"En este momento podemos decir que tenemos prácticamente saneado el tema de la gente que realmente tiene una necesidad de vivienda", dice Torres.

Cabe destacar que actualmente el campamento está dividido en diez comités de vivienda, de los cuales tres están en terrenos municipales y siete en privados.

Problemas que enfrenta el campamento

Hace algunos meses, los residentes del campamento pudieron reunir 21 millones de pesos para poder instalar postes y medidores de luz -cumpliendo con lo exigido por la Conafe para contar con energía eléctrico-, pero hasta el momento no cuentan con este servicio. Las instalaciones siguen sin uso, y las casas sin electricidad.

Por otro lado, los habitantes tampoco cuentan con un sistema de alcantarillado.

Según Jessica Ortega, presidenta del Comité Nueva Esperanza de Forestal, "sí contamos con agua potable, pero con conexión irregular. Cuando ocurren incendios, el agua baja. Incluso, hay días que estamos sin agua”.

Pero a pesar de estas dificultades, el mayor problema para los residentes es la falta de accesibilidad que hay para llegar a la zona, sobre todo en emergencias.

César Becerra, presidente del Comité Esperanza Las Palmas 4, dice que en el campamento "se quemó una casa producto de una vela. Cuando llegó Carabineros ya estaba todo quemado, todo".

Asimismo, dice que la vía más cercana que tienen los residentes para tomar locomoción es la Variante Agua Santa, la cual se está ubicada a 20 minutos atravesando un sendero peatonal que no tiene iluminación.

"Es un problema bastante grande la locomoción acá en el campamento, porque hay mucha gente que transita muy temprano en la mañana y muy tarde en la noche, y lo tiene que hacer a pie", señala Becerra

Otro punto que preocupa a los vecinos, es la exposición a incendios forestales en las quebradas de la zona. Y el control de estos siniestros se ve dificultado por el cierre del acceso.

"Hace un tiempo atrás estaban haciendo incendios al frente, y los tipos arrancaron hacia arriba. Carabineros quiso pasar hacia allá, y no pudieron por las piedras", dice Ortega.