SANTIAGO.- Casi cuatro años han pasado desde el inicio de la investigación penal por la muerte de un lactante, quien fue sacrificado en diciembre de 2012 en el cerro Colliguay en un ritual sectario liderado por el fallecido Ramón Castillo Gaete, autodenominado "Antares de la Luz".
En este escenario, el fiscal jefe de Quilpué, Juan Emilio Gatica, ofreció nuevamente a las defensas de los siete imputados llegar a un procedimiento abreviado y así, evitar un juicio oral.
Ello comenzó a ser discutido en la audiencia programada para hoy y mañana ante el Juzgado de Garantía local, instancia en la que el Ministerio Público ofreció penas menores a los jóvenes a cambio del reconocimiento de los hechos por los cuales fueron formalizados en 2013.
Esta es la segunda vez que el fiscal Gatica intentará concluir la investigación tras el rechazo del tribunal en 2013, que no aceptó abreviados para los imputados.
De esta manera David Pastén, María del Pilar Álvarez, Carolina Vargas, Josefina López, Karla Franchy, Natalia Guerra y Pablo Undurraga serían condenados a penas en libertad, en caso de aceptar la propuesta de la Fiscalía, y que ello -a su vez- sea visado por el juez de garantía.
Para ello, el ente persecutor penal le consideró a todos las atenuantes de irreprochable conducta anterior, imputabilidad disminuida y colaboración sustancial en la investigación.
Respecto al delito atribuido, el Ministerio Público acusó por homicidio calificado en calidad de autores a Guerra -madre del menor sacrificado- y a Undurraga, mientras que el resto fue acusado bajo la misma calificación, pero en calidad de encubridores.
De acuerdo a la investigación que llevó adelante el fiscal Juan Emilio Gatica, la muerte del lactante fue planificada por el fallecido líder de la secta, Ramón Castillo Gaete.
Según consta en las declaraciones de los imputados, el niño debía ser sacrificado, ya que -según reveló el maestro a sus seguidores- se trataba del Anticristo.
