Garay permanece esposado de pies y manos.
Aton
SANTIAGO.- Esposado y con chaleco amarillo con la palabra "imputado" apareció este jueves ante el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago, el falso economista Rafael Garay, tras ser extraditado desde Rumania para enfrentar un proceso penal.
Previo a conocer los hechos por los cuales es investigado por la fiscalía centro norte, el ingeniero comercial aseguró haber sido tratado respetuosamente por los detectives que resguardaron su traslado al país, enfatizando que su detención no estuvo marcada por actos ilegítimos.
Asimismo, se refirió a su estado de salud ante la pregunta de la magistrada, asegurando sentirse bien a pesar de "estar bajo tratamiento médico y fármacos, fueron entregados a Gendarmería" para ser suministrados cuando fuera necesario.
Detalló además, tener la presión alta, pero descartó que ello fuera un impedimento para mantenerse en la audiencia.
Según los hechos atribuidos por el Ministerio Público, el imputado a través de engaños, habría logrado estafar a 37 personas, a quienes convenció para que invirtieran sus fondos en su empresa Think & Co. comprometiendo una rentabilidad mínima anual del 18%.
Asimismo, el fiscal Marcelo Leivs expuso que la firma del falso economista si bien se constituyó legalmente en 2008, desde 2011 solo sirvió para aparentar y realizar contratos simulados, ya que no registra movimientos desde entonces.
De esta manera, sostuvo el engaño hasta junio de 2016, cuando a través de un correo electrónico informó a sus inversionistas el cierre de las operaciones de su firma debido al cáncer terminal que lo afectaba.
De acuerdo a los antecedentes de sustentaron la formalización de Garay, los mismos que fueron detallados en la primera audiencia del caso, en ausencia del imputado, Garay pactó contratos falsos con sus víctimas, retribuyéndoles en principio las ganancias comprometidas para convencerlos del éxito de su inversiones en mercados asiáticos.
Asimismo, decía mantener oficinas en Hong Kong para respaldar su negocio, el cual -según aseguraba- estaba regulado y sometido a la supervisión de la Superintendencia.