SANTIAGO.- Tras realiza una revisión a las cuentas del Cementerio General, la Contraloría detectó que tiene acreencias por $1.278 millones desde 1974 a la fecha, dinero que no ha sido cobrado por la administración y que corresponde a letras y pagarés que adeudan familiares de quienes están sepultados.
De ese monto, $905 millones ya están prescritos, de acuerdo a la norma legal respectiva, por lo que la institución fiscalizadora ordenó declarar la incobrabilidad de los dineros, realizar el castigo contable e instruir un proceso disciplinario contra los funcionarios que no efectuaron los cobros durante estos 40 años,
informó El Mercurio.
El organismo inició la pesquisa luego de detectar que el camposanto tenía $1.467 millones por pagar por parte de deudores, "situación que eventualmente denota una falta de eficiencia y eficacia en las gestiones de cobranza por los ingresos operacionales".
Además, se encontró que el cementerio "no cuenta con detalle alguno" de los montos anteriores a 1996 que le adeudaban, "valores que, en consecuencia, no se encuentran incorporados en el registro auxiliar de deudores, lo cual fue constatado por este organismo de control".
La administración respondió a la Contraloría que del monto en vencimiento, había $167 millones -correspondientes a deudas de hasta 1999- que estaban en etapa de cobranza judicial. Sin embargo, la institución fiscalizadora ratificó que "la situación expuesta atenta contra los ya anotados principios de control, eficiencia, eficacia, responsabilidad, impulsión de oficio del procedimiento, cumplimiento de sus funciones por propia iniciativa, oportunidad de las actuaciones e idónea administración de los medios públicos".
Consultada por "El Mercurio" sobre el excesivo retraso de estos cobros, la administración del cementerio se limitó a decir que los sumarios estaban en curso. La Municipalidad de Recoleta, en tanto, no se quiso referir al tema.
Esta no es la primera vez que la Contraloría detecta problemas. En 2012, la institución advirtió que el recinto no tenía un manual de procedimientos y mostraba gastos injustificados o no acreditados. Y en esta nueva ocasión, también detectó que el cementerio posee un registro de sus bienes, pero que está en un Excel -no en el programa informático destinado a ello- y que está incompleto.
En su catálogo de precios, el cementerio ofrece más de 30 servicios distintos, desde la venta de bóvedas familiares, que cuestan más de $5 millones, hasta la oferta de nichos, sepulturas en tierra y jardines, mausoleos familiares (cuyo valor supera los $35 millones) y cremaciones.