SANTIAGO.- Como "grave" y "lamentable" catalogó este lunes el diputado y miembro de la Comisión de Salud, Gustavo Hasbún (UDI), el escándalo provocado por el descubrimiento en Brasil de las técnicas utilizadas por los empresarios para "maquillar" carne podrida con inyecciones de elementos cancerígenos para poder venderla.
"Nuestro país importa carne de Brasil y no sabemos con certeza si los controles sanitarios han funcionado de manera adecuada, si ellos fueron capaces de burlar los mecanismos de control en su país, existe la duda razonable de que puedan haber eludido nuestros controles", manifestó el parlamentario.
Por esta razón, Hasbún solicitó a los Ministerios de Salud y Agricultura dar a conocer las medidas y precauciones que se están adoptando para evitar que esta carne podrida se comercialice y para esta situación de incertidumbre no vuelva a ocurrir en el país.
"Las empresas acusadas por las autoridades de ese país, son los principales exportadores de carne, por lo que deberíamos conocer si los productos de esas empresas han llegado a Chile y de ser así, realizar exámenes sanitarios a la brevedad posible para proteger la salud de nuestra población", expresó.
El diputado agregó que "los chilenos debemos saber si hemos consumido esta carne proveniente de Brasil, porque literalmente es carne podrida (...) La información conocida hasta el momento es que estos inescrupulosos, cambiaban la fecha de vencimiento, 'maquillaban' su aspecto o usaban químicos para disimular su olor".
El que ha sido denominado como el mayor caso de corrupción en la industria de la carne fue revelado la semana pasada producto de una investigación conocida como "La carne débil".
Las indagatorias descubrieron cerca de 40 casos de frigoríficos que habrían sobornado a inspectores y políticos para que pasaran por alto prácticas antihigiénicas, como la utilización de productos químicos para mejorar el aspecto y olor de la carne vencida o la manipulación de certificados para su exportación.
Según revelaron los investigadores brasileños, sectores del Gobierno estuvieron involucrados en la polémica y coimas fueron dirigidas a ciertos partidos políticos, como el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del Presidente Michel Temer, y el Partido Progresista (PP), también oficialista.