Claudio Frias, El Mercurio
SANTIAGO.- Desde la brutal agresión que la dejó sin sus globos oculares, Nabila Rifo había permanecido en silencio. Hasta el jueves, cuando resolvió declarar en estrado en el marco del juicio oral contra su ex pareja, Mauricio Ortega, quien es el único acusado por el ataque que sufrió en mayo del año pasado.
Su testimonio frente a los sentenciados había permanecido en suspenso debido a que, según ella misma explicó ante los magistrados, en principio no quería atestiguar.
Pero gracias al apoyo psicológico que ha recibido durante su recuperación, aceptó presentarse en el tribunal y entregar su versión de los hechos.
Sin embargo hasta el miércoles, el Ministerio Público no tenía la certeza de que ello se concretara, aún cuando se le ofreció hacerlo tras un biombo para resguardarla.
"Te felicito porque has sido muy valiente", le expresó públicamente el fiscal Luis González previo a comenzar el interrogatorio que se extendió por cuatro horas.
"Quiero que todos conozcan mi verdad", dijo por su parte Rifo para explicar su decisión de no oponerse a la publicidad de la audiencia y permitir que en ella estuvieran presentes medios de comunicación, sus familiares y cercanos al acusado.
El interrogatorio estuvo marcado por los crudos detalles de la agresión que entregó la joven y su relación con el padre de sus dos hijos menores.
Insultos, violencia y menosprecio acusó la víctima por parte de su pareja de entonces.
Al turno de la defensa, la mujer debió entregar detalles de su vida íntima y de sus relaciones previo al ataque, a pesar de su intención de no hacerlo.
"¿Qué tiene que ver mi vida sexual con lo que me ha pasado?", reiteró en el estrado, mientras debía relatar una y otra vez las horas previas a la brutal golpiza para explicar algunas de las contradicciones que los defensores buscaban aclarar.
La situación a la que estuvo expuesta fue criticada por los querellantes y la fiscalía, quienes objetaron en varias ocasiones las preguntas de la defensa para evitar la revictimización de la joven, quien finalmente decidió voluntariamente revivir el crudo episodio que le cambió la vida.