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Caso Nabila Rifo: ¿Culpable o inocente? Las pruebas en favor y en contra de Mauricio Ortega

El tribunal dicta hoy su veredicto a favor o en contra de la ex pareja de la mujer y único imputado en la causa, luego de poco más de un mes de juicio oral en el que han entrado sus testimonios tanto los involucrados directos como también testigo y peritos.

18 de Abril de 2017 | 09:36 | Emol
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El Mercurio (Archivo)
SANTIAGO.- A las 15:00 horas de este martes, en el Tribunal Oral en Lo Penal de Coyhaique, se leerá la sentencia que exculpará o condenará a Mauricio Ortega, el único imputado en el caso de la brutal agresión que sufrió Nabila Rifo, en mayo pasado y que ha causó conmoción nacional.

El Mercurio hace hoy un recuento de las pruebas entregadas tanto por la fiscalía como la defensoría, las que tendrán que ser evaluadas por los magistrados de la instancia judicial.

Aquí los antecedentes que apuntan al imputado y los que lo exculpan en este bullado caso:

Las pruebas de la fiscalía regional de Aysén en contra de Ortega


El hallazgo de las llaves del auto de Mauricio Ortega en la escena del crimen, en circunstancia que la víctima no sabía manejar, es una de las evidencias más potentes que exhiben Luis González (fiscal jefe de Coyhaique) y Pedro Salgado (fiscal regional de Aysén) ante el tribunal. En el juicio quedó descartada la agresión sexual con los informes del SML y del Servicio de Salud de Aysén. Respecto de la altura del autor, se señaló que la zona del pasto donde atacaron a Nabila es más alta que la vereda del lugar y ello podría provocar una distorsión en la visión de los dos jóvenes testigos, quienes estaban a unos 60 metros de distancia.

1) El testimonio de Nabila ante los jueces. Si bien en sus primeras declaraciones dijo que el hombre que la había golpeado era alto, delgado y de aspecto "metalero", ante los fiscales y luego en el juicio declaró que fue su pareja, Mauricio Ortega, quien la siguió cuando ella se dirigió a la casa de su madre a buscar a sus hijos, a donde los había llevado su hermana cuando los niños le pidieron auxilio esa madrugada. Nabila dijo ante los jueces que Ortega la golpeó tanto que ella se hizo la muerta para que no siguiera haciéndolo y luego perdió la conciencia.
Para la fiscalía, en el tribunal dijo la verdad y antes trató de protegerlo, como ella misma lo aseveró.

2) El hallazgo de sangre en un polerón del imputado, que hizo el equipo del capitán Luis Rebolledo Cabezas, jefe de Labocar. En el tribunal una perito del Servicio Médico Legal lo corroboró.

3) El hallazgo de las llaves del vehículo del imputado a escasos centímetros del cuerpo de la víctima, en el sitio del crimen. Nabila no sabía manejar, por tanto no usaba las llaves.

4) Las contradicciones de los asistentes a la fiesta previa al acto criminal. Ellos declararon que había un clima violento después de las cuatro de la madrugada, y que incluso el imputado había golpeado el refrigerador. Dijeron que para calmarlo lo sacaron al patio y más tarde Ortega se subió a su auto y no pudo sacarlo porque había una camioneta detrás. En el juicio, afirmaron que el imputado no estaba violento en la fiesta.

5) Los informes planimétricos referidos a la cercanía del lugar del hecho con el domicilio de la víctima. La casa del imputado no está a más de 80 metros del lugar donde ocurrió la golpiza.

6) Los trozos de bloques de cemento utilizados para el ataque son similares a los encontrados en el patio de la casa del imputado y también en el lugar de los hechos. Es decir, para la fiscalía, el imputado tuvo que haberlos trasladado desde su domicilio. Además, se encontraron en esos trozos pelos de perro que coinciden morfológicamente con la mascota que tenía el imputado en su casa. Lo afirmó el perito de Labocar Pedro Urzúa Gómez.

7) La preexistencia de violencia intrafamiliar. El imputado concurrió el 5 de junio de 2015 hasta la casa de la víctima con un hacha y comenzó a golpear la puerta principal del inmueble. Al no poder abrirla, se dirigió a la puerta de la cocina y la rompió a hachazos. Así pudo ingresar y, estando adentro, con el hacha en la mano, amenazó de muerte a la víctima y le dijo que le iba a quemar la casa. Lo controló un hermano de Nabila que declaró en el juicio.

8) Olor a diluyente. El jefe de la SIP de Carabineros de Coyhaique, suboficial mayor Roberto Gutiérrez, dijo que Ortega tenía un fuerte olor a diluyente en sus manos cuando se entrevistaron con él, hecho que le llamó la atención.

9) El llamado telefónico. Hay un llamado desde el celular de Nabila al del imputado, en momentos en que Nabila estaba hospitalizada en Urgencia del Hospital Regional de Coyhaique. El llamado se hizo a dos kilómetros de la escena del crimen, según el peritaje. El teléfono de Nabila apareció esa noche debajo del colchón de la cama de la pareja. Para la fiscalía, todo fue una coartada.

10) Quedó descartada la trata de personas, mediante una investigación que hizo el subcomisario de la PDI Enrique Aravena. Y también con el testimonio de la dueña del club Acapulco, Nancy Gallardo, que en el estrado dijo que Nabila nunca trabajó ahí. El rumor que circulaba era que Nabila había delatado a alguien del club involucrado en la trata de personas y por eso le habían sacado los ojos.

Defensoría: Los antecedentes que exculparían al acusado


Los defensores penales Fernando Acuña y Luis Flores sostienen que hubo una tercera persona. Incluso, presentaron testigos que describen al supuesto autor de la agresión como un individuo alto y delgado.

1) Nada ubica a Mauricio Ortega en el sitio del suceso. No hay ninguna muestra biológica que una el sitio del suceso primario (el lugar del crimen) con el sitio del suceso secundario (la casa del imputado). Incluso, para ingresar a la casa hay una reja, pero no existen trazas de sangre del imputado en ella.

2) Los pedazos de cemento, con los que golpearon a la víctima en la cabeza, por un lado tienen sangre, con lo cual se asume que fue la superficie de contacto con la que se golpeó a la víctima. Revisando el otro lado, hay superficies irregulares. Por tanto, por un principio de acción y reacción, la fuerza que le da a la víctima es la misma que recibe la mano del victimario y tiene que quedar huella en sus manos. Revisado Mauricio Ortega, advierten que las manos no tienen ningún tipo de heridas. La defensoría sostiene que la fiscalía dijo que el mismo material de estos bloques de concreto rotos había en la casa de Ortega, porque ambos tenían pelos de perro, pero no se puede determinar que es el mismo pelo de la misma mascota; solo que tenía pelos de perro.

3) La prueba biológica. Se descarta en los elementos sanguíneos participación de Mauricio Ortega. En los marcadores se pueden tener 11 marcadores de coincidencia en común con una persona, pero si hay más de dos distintos, se excluye a esa persona. Había desde 2 a 6. El defensor Luis Flores se pregunta por qué en el sitio del suceso se encontró un solo globo ocular, y no los dos. Y se responde: "Porque esa persona se lo llevó de recuerdo, porque se trata de un psicópata".

4) Testigos presenciales dicen que el atacante era alto y delgado. Dos jóvenes que estaban observando desde la ventana de su casa (un chico de 17 años y una niña de 14 años, que fue la última testigo que prestó testimonio ayer) afirman que el hombre que golpeaba a la mujer era alto, delgado y vestido de negro. Y Nabila, estando internada en la Posta Central, en junio de 2016, entregó un relato a una psiquiatra y a una psicóloga del Hospital José Horwitz, donde aseveró que su agresor no había sido Mauricio Ortega, sino un joven a quien ella desconoce. Dijo que salió de la casa a buscar a Mauricio Ortega y, como no lo encontró, salió a mirar al portón y vio a un joven en la calle de enfrente, que cruzó hasta ella y empezó a hablarle. Ella abrió el portón y salió, siempre en búsqueda de su pareja. Este joven que, según dijo en esa primera versión, caminó con ella, la empujó al suelo y comenzó a agredirla con una piedra en la cabeza. Describió a su atacante como alguien de piel muy blanca, ropa negra, pelo tipo metalero, alto y delgado. (Luego, en dos interrogatorios con fiscales y en el estrado, la víctima cambió su relato e inculpó a Mauricio Ortega).

El miércoles pasado, uno de los testigos presenciales, de 17 años, declaró ante el Tribunal Oral de Coyhaique y señaló que Mauricio Ortega no puede ser el agresor, puesto que es muy diferente al hombre que él vio. Lo describe como un hombre alto, de 1,70 a 1,75 m, vestido de negro, delgado, que atacó a la víctima y se dio a la fuga en dirección contraria a la casa del imputado. Mauricio Ortega mide 1,52 m y a la fecha de la agresión pesaba alrededor de 80 kilos. Esa noche vestía polera celeste y pantalón claro. El chico afirmó que calculó la altura del agresor porque este al pararse sobrepasaba el muro de latón que estaba tras él. El relato, para la defensoría, es absolutamente coherente con lo declarado por la otra testigo presencial (BAAV), quien dijo ayer que el atacante era alto y delgado.

5) Visión de túnel. En esta causa, siempre según la defensoría del imputado, los investigadores tomaron la decisión de que fue Mauricio Ortega el culpable desde el primer día y no tomaron pruebas que lo pudieran exculpar, sino solo para inculparlo.

6) Un ADN de una tercera persona. En la víctima se halló un ADN de un tercero y que no corresponde a Mauricio Ortega. Se arribó a esto a través de un metaperitaje realizado externamente para la defensa por la perito bioquímico Shirley Villouta, el que es apoyado también por otro peritaje realizado por el doctor Luis Ravanal.