SANTIAGO.- Los censistas de zonas rurales, a diferencia de los voluntarios urbanos que deben encuestar entre 15 y 20 casas, tienen que golpear las puertas -en promedio- de ocho viviendas durante este miércoles. Sin embargo, un hecho insólito sucedió en la localidad de Putaendo, en la Región de Valparaíso, donde una voluntaria tuvo que resignarse a terminar su labor individual al comenzar la jornada.
La actriz y trabajadora de la Municipalidad de Putaendo Fernanda Toledo fue capacitada para trabajar en el Censo 2017 y, a pesar de que no está contratada en la entidad pública, accedió de todas maneras a participar en el registro abreviado.
El sector asignado fue Quebrada de Herrera, a unos 10 kilómetros del centro de la comuna. Como contó a Emol Toledo, "de suerte" en su carpeta le tocó una sola vivienda, teniendo en cuenta, según la mujer, los dos kilómetros que se deben considerar recorridos en zonas rurales.
"Grité como loca y nadie me abrió nunca"
Fernanda Toledo
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Estaba abandonada. Sin moradores", contó la empleada municipal y añadió: "Grité como loca y nadie me abrió nunca".
Tras finalizar su única labor como voluntaria, Fernanda Toledo aseguró que está haciendo una labor de apoyo "a otros compañeros que le tocaron 20 casas". Sin embargo, la actriz no puede involucrarse directamente en el registro, ya que los formularios son asignados a cada uno de los censistas. "No me puedo ir a la casa, por eso estoy acá con él en el caso de que, no sé, le faltan cosas o yo también estoy mirando, como no pude censar a nadie", sostuvo.
"Me encanta que me pasen cosas así, no esperaba menos", dijo irónicamente. "Siempre me pasan cosas raras. Igual tenía ganas de, no sé, me pasé el rollo de que me iban a dar galletitas, tecito. Imaginaba que me iban a pasar mil cosas", agregó.
