SANTIAGO.- En el marco del inicio del Mes del Trabajo, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, dará a conocer hoy cinco propuestas de la Iglesia de Santiago sobre pensiones.
El vicario de la Pastoral Social Caritas, padre Andrés Moro, adelanta a
El Mercurio el documento "Más Solidaridad en el Sistema de Pensiones", que propone criterios que deberían influir en una política pública que involucre a los actuales cotizantes y a la tercera edad.
"Estamos todos de acuerdo en que las pensiones y jubilaciones en Chile viven un momento crítico", dice Moro, citando una cifra de la Superintendencia de Pensiones que señala que el 50% de los chilenos, entre 2007 y 2014, tras haber cotizado por 32 años o más, obtuvo una pensión promedio de $225 mil mensuales. "Es muy similar al sueldo mínimo actual, que sabemos no permite a una familia vivir dignamente", añade.
¿Qué sistema de pensiones prefiere la Iglesia? "La Iglesia no es partidaria ni de un sistema de reparto ni del actual. (Las AFP) han tenido elementos positivos en 30 años de funcionamiento, pero también ha mostrado serias falencias, asumidas por la misma Asociación de AFP y por los expertos de las distintas comisiones", responde.
El vicario no plantea un monto determinado para una jubilación, pero sí habla de una "pensión digna". Argumenta que "más que una cifra, que es discutible siempre, el punto es el principio que hay detrás, en que una persona pueda vivir dignamente, no solo en el tema alimentación, sino también en salud, vivienda, y recreación".
Los criterios
La Iglesia de Santiago presenta cinco propuestas en la discusión sobre las pensiones (ver recuadro).
El primero es la solidaridad. Según el padre Moro, "se trata de una responsabilidad como sociedad de ayudar a los que tienen menos (...). Hay personas que por distintos motivos no han podido imponer, por lo tanto, tiene que haber una solidaridad para que a todos llegue una pensión justa y digna".
Otro principio es que la pensión debe ser un derecho. El vicario sostiene que el actual pilar solidario, instituido en el primer gobierno de Bachelet, destinado al quintil más pobre, "hay que pedirlo, y según estadísticas de la Superintendencia de Pensiones, pocos conocen la pensión solidaria. No se entrega por derecho propio, hay que pedirla". Hoy, la pensión solidaria es de $102.897. Es decir, una persona tiene que vivir con poco más de $25 mil semanales.
El debate sobre las rentabilidad de los fondos de pensiones no ha sido ajeno para la Iglesia. De hecho, uno de los criterios que propone es que el monto de las pensiones debe primar sobre las utilidades de la AFP.
"Una AFP tiene una ganancia porque es un negocio, y es legítimo. La Iglesia no está contra el lucro cuando este no es desmedido, pero no es posible que la rentabilidad de las pensiones haya crecido un 8,2% (fondo C) y la rentabilidad de las AFP en un 22%. Es decir, a la empresa le convino administrar las pensiones. El pensionado no obtuvo la misma riqueza frente a esa rentabilidad. La ganancia primera tiene que ser para el cotizante, no para el que administra lo que impone", plantea Moro.
Respecto del rol del Estado, el vicario afirma que debe ser garante y promotor del bien común, "donde no (primen) los intereses particulares, por importantes que sean, sino también la solidaridad intergeneracional, y de asegurar que todos tengan derecho a una pensión digna".
La Iglesia también llama a informarse del sistema -sobre el cual hay mucho desconocimiento- y a cotizar: "Cuando uno no impone, no solo afecta a su futura pensión, sino también la de todos".
