SANTIAGO.- En la cárcel del condado de Boulder (estado de Colorado, EE.UU.) cumple su condena perpetua el chileno Diego Olmos, quien fue sentenciado -en 2009- por los delitos de asesinato en primer grado, asalto sexual y secuestro de la universitaria Susannah Chase en 1997.
Junto a él, otros nueve ciudadanos chilenos están en cárceles estadounidenses, ya sea en calidad de detenidos o con una sentencia definitiva. Esto es parte de un listado de connacionales que están recluidos en un penal extranjero que el Ministerio de Relaciones Exteriores entregó a
"El Mercurio" vía Transparencia.
En total son 219 los que están en cincuenta cárceles distintas y en 13 países: desde el establecimiento penitenciario Pocollay de Tacna (Perú) hasta el Fulham Correctional Centre de Melborune (Australia).
Eso sí, el director de Servicios Consulares de la Cancillería, Jorge Valdés, hace una salvedad en este listado, la cual es una recopilación de la red consular chilena: "Podría haber ciertos casos que no fueron informados. No todos los chilenos detenidos en el exterior se contactan necesariamente con los consulados para pedir un tipo de gestión judicial; gente que prefiere que su situación quede en el anonimato", comenta.
En Interpol están realizando un proyecto para poder determinar la cantidad de ciudadanos nacionales en penales en el extranjero. "Esto a nivel latinoamericano. En Europa estamos trabajando un poco más focalizado, en base a los delitos que se han ido cometiendo, principalmente con España, Portugal, Reino Unido, Alemania e Italia", explica el subprefecto de la PDI y jefe de la oficina de Interpol Chile, Ricardo Quiroz.
Son los países sudamericanos los que tienen la mayor cantidad de chilenos encarcelados: entre Brasil, Argentina, Bolivia y Perú suman casi el 70% del total.
Sin embargo, es Brasil (73) donde está la "colonia" más grande de presos nacionales. Específicamente en Sao Paulo, con 68 chilenos detenidos. Están en los penales de Carandiru, Itai y Avare, la cual es de alta seguridad.
Argentina le sigue en el ranking, con 39 dispersos en siete ciudades del país. El tercero es Bolivia, con 28, y donde 19 de ellos están recluidos en el Penal de Palmasola de Santa Cruz de la Sierra. Uno de ellos fue condenado a 30 años, en 2014, por homicidio tentativo y lesiones.
Un caso particular se da en Barcelona, España, donde está preso un chileno que tiene 21 causas abiertas -en su mayoría- por robo con violencia, intimidación, lugar habitado y con fuerza a las cosas.
El robo es el delito que más se repite. Lo sigue el tráfico de drogas y posteriormente el homicidio. También hay abusos sexuales, corrupción de menores, violación, trata de personas y uso ilícito de tarjetas de crédito.
Valdés afirma que todos los chilenos en cárceles extranjeras son visitados por sus cónsules, quienes hacen un seguimiento de su situación. "Los cónsules en la mayoría de los países tienen un acceso privilegiado al igual que los abogados para conocer su estado de salud, sus necesidades y poder informar a su familia. No para asumir como parte involucrada en el juicio", comenta.
Cómo volver
Valdés señala que también es posible que "una persona ya condenada puede solicitar su traslado a Chile bajo las normas del Convenio de Estrasburgo. Significa que el Estado que condenó al imputado entrega la aplicación de la pena al Estado receptor, siempre cuando ambos acepten los términos".
Es decir, que si a un condenado le quedan cinco años, el resto debe ser cumplido no necesariamente en libertad, pero sí con alguna medida cautelar (como arresto nocturno).
También se puede dictar la expulsión, como ocurrió con los anarquistas condenados en España por daños terroristas, Francisco Solar y Mónica Caballero. Quedaron en libertad, pero con prohibición de volver al país ibérico por ocho años.
