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Ministro Fernández: "La proyección de la centroizquierda es tarea de las candidaturas. Ese rol no nos corresponde a nosotros ahora"

El jefe del gabinete traslada a los abanderados oficialistas la responsabilidad de conservar el entendimiento entre el centro y la izquierda y circunscribe la tarea del Gobierno a concluir las reformas comprometidas.

06 de Mayo de 2017 | 06:29 | Emol
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Alex Moreno, El Mercurio
SANTIAGO.- "Lo tomo como todas las cosas en política: con realismo y humor", afirma el ministro del Interior, Mario Fernández, al referirse al 29% de aprobación que tuvo en la última encuesta Adimark. "Y para tomarlo con humor —añade—, si todos los ministros están mejor evaluados que yo, entonces tenemos un gran gabinete".

Ya han transcurridos algunos días desde que la DC resolviera que la senadora Carolina Goic compita en la primera vuelta presidencial, desechando ir las primarias de la Nueva Mayoría. El jefe de Gabinete, sin alzar la voz y con una calma a ratos inalterable, desglosa en esta entrevista con "El Mercurio" el remezón político que generó la decisión del partido en que milita hace 50 años.

—¿Cómo llegó la centroizquierda al escenario actual?
—La Nueva Mayoría fue una versión distinta de la Concertación, y se sumó el PC. Esta nueva coalición tuvo que vérselas con un proceso de reformas que por su envergadura trajo mucho debate y antagonismo, y eso influyó en que los partidos de la Nueva Mayoría tuviesen disputas internas que terminaron con candidatos distintos.

—¿Fue la agenda de reformas la que tensionó al conglomerado?
—En parte. El mayor conflicto ha estado con la oposición. Pero también, desde el principio hubo discrepancias en la Nueva Mayoría sobre el contenido de las reformas, prácticamente en todos los ámbitos. Ahora, no doy por muerta a la Nueva Mayoría, porque subsiste incólume una base fundamental: todos los partidos declararon esta semana que están comprometidos con el Gobierno hasta el fin del mandato.

—Pero por primera vez en 28 años no presentan un candidato presidencial único.
—Hay una trascendencia histórica, que se ha terminado un modo de enfrentar la elección por parte de este conglomerado de centroizquierda, que sigue completamente vivo. Hubo una elección de un procedimiento, pero que no debe afectar en lo sustantivo a la unidad.

—Con dos listas parlamentarias paralelas y dos candidatos compitiendo entre sí, ¿no es voluntarista plantear que sigue vivo el bloque?
—Para los efectos de gobierno, es así. No para efectos electorales. Y a mí lo que me interesa es que los partidos funcionen con el Gobierno hasta el final del mandato.

"Hay un panorama electoral incierto"

—¿Qué responsabilidad tiene el Ejecutivo en que existan dos candidatos oficialistas en primera vuelta?
—Nosotros no estamos inmersos en la elección presidencial. Es un problema electoral, y el Gobierno mantiene su trabajo inalterable.

—La Presidenta es la líder de la coalición, que se formó en torno a su proyecto de gobierno. ¿El Ejecutivo tiene algún rol que jugar en los próximos meses para lograr conservar un entendimiento de centroizquierda?
—No, ninguno. La proyección de la centroizquierda es tarea de las candidaturas. Ese rol no nos corresponde a nosotros ahora, no es asunto nuestro. Nuestro papel consiste en terminar bien el gobierno, y la proyección de nuestra obra descansa en la profundidad y calidad con que terminemos el 11 de marzo.

—La Moneda había abogado por primarias y la proyección del bloque. ¿Dejó de ser una meta?
—O sea, sigue siendo. Sería deseable, pero no es asunto nuestro. Nuestra ocupación es hacer buena gestión, seguir con las reformas y tener una buena ejecución presupuestaria 2017. Con eso podemos estar satisfechos.

—¿Es una derrota para La Moneda que no se hayan realizado primarias en la Nueva Mayoría?
—No es un revés. Es muy pronto para evaluar eso, está sujeto al devenir futuro. Y es imprescindible que los que gobernamos no nos distraigamos con la elección presidencial.

—¿Hace alguna autocrítica el Gobierno por el hecho de que no exista una candidatura única?
—No, porque debiera hacer una autocrítica si fuese eso un proceso negativo, y yo no sé si es negativo o no.

—¿Y cómo ve el escenario electoral para la centroizquierda?
—Complejo es. Están muy repartidas las preferencias, y desde luego hay un panorama electoral incierto.

—¿Se abrió un riesgo de entregarle la banda por segunda vez a Sebastián Piñera con dos candidatos?
—Sí, pero no me pongo en ese panorama. No voy a hacer un vaticinio.

Mensaje a los parlamentarios


—Usted ha señalado que es posible que algunos proyectos de la reforma educacional no se puedan consolidar en esta administración. ¿Por qué?
—Ojalá que no ocurra eso, porque son positivos para miles de jóvenes. Ojalá que todos los proyectos que se están discutiendo se aprueben. Ahora, yo no puedo negar que son proyectos y procesos bien complejos y que en algunos de ellos estamos bastante presionados por el tiempo. Dada la complejidad de su tramitación y el tiempo útil que queda de semanas de sesiones en el Parlamento, estamos bastante al justo. La ley de educación superior debiera aprobarse, pero va a ser compleja su discusión. Hace semanas que nos preocupa el que estemos justos con el tiempo, y si hay una dilatación por una razón política, eso va a conspirar contra alcanzar su despacho antes de marzo.

—¿Se refiere a un enfrentamiento entre los parlamentarios que están detrás de una u otra candidatura?
—Los proyectos de educación son bien especiales, obtienen reparos de distintos lados. Entre los propios parlamentarios de la Nueva Mayoría puede haber críticas o apoyos, la tramitación es bien complicada.

—El PS advirtió que se producirá una diferenciación en el oficialismo con dos abanderados. ¿Puede ello afectar la tramitación del proyecto?
—Confío en que paulatinamente no influya. Llamaría a todos los parlamentarios a tener conciencia, más allá de sus preferencias, del enorme beneficio que traerá un nuevo sistema educacional. Les diría que tomen con esa perspectiva la discusión. En Educación estaría muy centrado, porque más allá de eso, van quedando algunos temas solamente de los planteamientos más importantes del programa de Gobierno. Está quedando descentralización, la nueva Constitución. Y hay que aprobar la nueva Onemi, un nuevo sistema de emergencias. Es una materia de Estado, y nos interesa a todos.

—¿Pediría lealtad a los candidatos presidenciales? Ni Carolina Goic ni Alejandro Guillier se han planteado como una opción de continuidad de la actual administración.
—A los candidatos no les puedo pedir nada. Los candidatos son candidatos, tienen su función de proponer sus programas, convencer al electorado.

La DC arrinconada



—En la Junta Nacional de su partido se habló de que la Nueva Mayoría ha "arrinconado" a la DC. ¿Está de acuerdo?
—No, no creo eso.

—¿Por qué?
—Porque no creo no más. Hubo diferencias muy graves dentro de la Concertación, y fueron superadas por una suerte de ethos de unidad. Es un tema de percepciones, de como un partido ve a otro. Pero son percepciones transitorias, que ocurren por determinados hechos, y han ocurrido en las dos direcciones.

—Goic reclamó que si ellos manifiestan una postura "se tiran todos encima", y si el PC vota en contra de un proyecto, "aquí no ha pasado nada".
—Los actores tienden a utilizar un lenguaje de batalla. He sido testigo de toda la transición, ocupé cargos desde 1990 para acá, y he visto toda esta evolución de desencuentros y cómo se han arreglado todos. Pero claro, ahora estamos en otro estadio de los problemas.

—Los diputados DC le reclamaron que no hubo ningún reproche al PC por sus votos en contra en educación.
—De todos los partidos, sin diferencia alguna, han surgido en algún momento posiciones divergentes. De todos. Y el Gobierno nunca hace reproches. Respetamos que los partidos tengan sus propios puntos de vista.

—¿El PC ha sido una contribución a este gobierno?
—Todos los partidos han sido una contribución.
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