David Pino, El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- Cuando el presupuesto de un hospital no alcanza para pagar sus gastos, se genera déficit, que termina traduciéndose en deuda.
Eso significa que los recintos no responden a tiempo los compromisos con sus proveedores, quienes, a su vez, pueden tomar medidas como dejar de entregarles sus servicios. Ahí es cuando se producen problemas como falta de insumos en los centros asistenciales, lo que afecta la atención de pacientes.
Es por eso que mantener a raya la deuda hospitalaria es motivo de preocupación y una tarea que se ha hecho cada vez más difícil para la administración de salud. Las últimas cifras del Sistema de Información para la Gestión Financiera del Estado (Sigfe) a marzo de este año dan cuenta que el sistema público de salud tiene una deuda de $217.346 millones, lo que representa más del doble de los $103.877 con que recibió la administración del Estado, en marzo de 2014, señala "
El Mercurio".
Si bien tal nivel de endeudamiento no representa una cifra relevante respecto del presupuesto fiscal (es el 0,55%) ni del de Salud (cerca del 4%), ha ido en ascenso constante en las últimas décadas y el actual gobierno exhibe el mayor nivel de endeudamiento desde 1990.
Considerando la deuda al cierre de cada año, entre 2014 y 2016 este gobierno promedia $152.798 millones de pasivos, más que la administración anterior, que tuvo $52.149 millones de deuda promedio, y que en el primer gobierno de Michelle Bachelet, con $41.149 millones.
La subsecretaria de Redes Asistenciales, Gisela Alarcón, aseguró que "este mayor endeudamiento tiene que ver con que el sector no cuenta con todos los recursos que necesita, pero también con un aumento del gasto en personal, porque se dispone de más especialistas y becarios. Además, hemos aumentado la producción. Por ejemplo, subió 31% la cantidad de procedimientos invasivos en el primer trimestre respecto al año pasado, o en 48% los trasplantes".
Alarcón añadió que "otro ejemplo es el caso de los pacientes infectados con virus hanta. Este año, a abril teníamos 59, que es más de los que hubo en todo el año pasado (52), pero hoy la letalidad es menor porque hemos puesto equipamiento y tecnología de altísima complejidad. Entonces, es mentira que destinar recursos a salud es ponerlos en un saco roto y que no mejora nada".
Pero la diputada independiente Karla Rubilar refutó sus dichos y planteó que "si endeudarse significara mejores soluciones y percepción de atención de los pacientes hablaríamos de una brecha de financiamiento por una mayor y mejor atención. Sin embargo, vemos que las listas de espera aumentan, no se cumplen las garantías AUGE, la satisfacción usuaria es baja, etc., y eso significa que hablamos de serios problemas de gestión".
Por su parte, el diputado PS y miembro de la subcomisión encargada de monitorear el gasto de recursos de Salud, Manuel Monsalve, sostuvo que "se han hecho cosas, pero el endeudamiento no se va a resolver en lo que queda de gobierno. La tarea más estructural la tendrá que hacer el próximo gobierno porque no es lógico jugar a que el sistema se endeude y que en ese momento Hacienda decida pasarle dinero extra".
De todas maneras, la subsecretaria confirmó que al cierre de marzo ya había conversaciones con Hacienda y "tiene que venir una remesa".