Mario Quilodrán, El Mercurio.
SANTIAGO.- "Fueron seis meses de permanente hostigamiento, desde todos los flancos llovían los peñascazos. Cuando se nombró a la comisión, las reacciones fueron tremendas. Nunca vi tanta mentira, calumnia y descalificación gratuita".
Así describió ayer el obispo de Temuco, monseñor Héctor Vargas, el trabajo de la Comisión Asesora Presidencial para La Araucanía, que se extendió entre el 8 de julio del año pasado y el 23 de enero de este año, cuando entregó un informe final a la Presidenta Michelle Bachelet.
Casi medio año de trabajo para una instancia integrada por 22 representantes de diversos sectores de la zona y que, según el prelado, no estuvo exenta tanto de dificultades como anécdotas, comentó en
El Mercurio.
A 2.700 km al norte de Temuco, y ante unos 80 presidentes regionales y ejecutivos de la Cámara Chilena de la Construcción, que se reunieron en Arica para un encuentro nacional, monseñor Vargas abordó el difícil inicio de la instancia.
"Ilustres políticos de la región se permitieron decir que es una mesa de personas buenas. Toda gente muy buena, pero no va a resultar porque éramos buenos. Entonces uno dice, 'cómo se podrá interpretar, uno que estudió filosofía (…), son buenos, pero imbéciles'. Otros (decían) que este es un tema político y se resuelve políticamente. Como allí no hay ningún político, no va a llegar a ninguna parte. Y resulta que el mundo político no fue capaz de llegar a ninguna parte y se pensó en un grupo de personas buenas (para hacer las propuestas)", indicó.
También precisó que "cuando nos reunimos por primera vez, nos volvimos 22 ilustres desconocidos, donde la mitad miraba con desconfianza a la otra mitad. Todo el mundo comenzó a sacar cuentas y, en principio, cada uno venía a defender a su sector. Para distender un poco (el ambiente), propuse al término del trabajo no votar las propuestas. Lo vamos a hacer por consenso. Basta que uno de nosotros no esté de acuerdo y la propuesta no va a ir. Al final, logramos consensuar 70 propuestas".
Durante sus 50 minutos de exposición en el seminario realizado en Arica, donde Vargas fue obispo durante casi una década antes de ser trasladado a La Araucanía, también aludió a un tenso momento en la relación con el Gobierno, en pleno trabajo de la comisión.
"Me llegó una invitación para participar en el lanzamiento de la política pública forestal para la Novena Región, de aquí a 30 años. Esto venía desde la Conaf. Resulta que habíamos concordado con el Gobierno, y fue una condición que pusimos, que no se anunciara ninguna política pública para La Araucanía mientras estábamos en nuestro trabajo", dijo.
Explicó que la razón detrás de ello era que "podíamos sacar cosas contradictorias, no coincidir y provocar una desconfianza enorme. El tema forestal es uno de los más delicados dentro de las negociaciones que estábamos llevando a cabo".
Pero el prelado recordó también una anécdota en medio del trabajo de la comisión.
"Un dirigente lafkenche de Puerto Saavedra decía que no tenía problema en que se levantaran en el borde costero (considerados territorios propios) puertos, resorts, cosas para turismo, pero la única pregunta que hizo fue '¿y con cuánto vamos nosotros? No estamos pidiendo bonos ni subsidios, queremos tener las mismas oportunidades para emprender'".