SANTIAGO.- El año 2012 fue el peak de robos de cajeros automáticos. Usando técnicas como el oxicorte o el alunizaje, los delincuentes se llevaron el dinero en 164 ataques, en un total de 491 intentos. Tras las medidas tomadas por la banca para frenar la escalada delictiva, como también por el Gobierno, en casi cinco años los casos van a la baja.
Según datos de la zona de Seguridad Privada de Carabineros (OS-10) entregados por la Subsecretaría del Interior y publicados en
"El Mercurio", en el primer semestre de 2014 hubo 175 intentos de robo (73 consumados), que el año siguiente variaron a 85 casos y 21 concretados. Al comparar los primeros seis meses de 2016 y 2017, en tanto, se aprecia que los intentos de robo bajaron de 90 a 66 y que los consumados disminuyeron de 32 a 19, con caídas de 26 y 40%, respectivamente.
El subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, explica que la clave de la caída de las cifras está en que "nos sentamos con la banca, con la superintendencia (de bancos) y con las policías, y estructuramos un trabajo serio y responsable. Ellos se comprometieron a agilizar la implementación de las medidas de seguridad, y están cumpliendo".
En octubre de 2013 el Ejecutivo emitió el Decreto 222, que obligaba a empotrar los cajeros, al entintado de los billetes y disponer de cámaras de seguridad más modernas, entre otras medidas. Al 30 de abril pasado, el 94% de los dispensadores ya tenían implementadas las medidas de seguridad requeridas.
Aleuy enfatiza también que la cifra se ha reducido por la labor de las policías para investigar. "Las medidas de seguridad disuaden o dificultan el delito, pero también se requiere una labor investigativa más fina. Tanto Carabineros como la PDI y ahora el Ministerio Público cuentan con unidades de análisis criminal, que permiten analizar más allá de los casos particulares, sino que patrones, modus operandi , zonas geográficas específicas, que han facilitado esta tarea", comenta.
