SANTIAGO.- Según un estudio realizado por la Dirección General de Asuntos Consulares y de Inmigración, del Ministerio de Relaciones Exteriores, la migración haitiana se caracteriza por ser "un flujo alto y desordenado, que ha derivado en situaciones de vulneración de derechos, problemáticas de convivencia local y problemas de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes".
El documento, titulado "Hoja de Ruta sobre los desafíos de la migración haitiana en Chile: principales medidas para una migración ordenada, segura y regular", propone también "el establecimiento de visas para los ciudadanos haitianos que deseen visitar Chile por motivos de turismo a partir de 2017".
El Departamento de Extranjería y Migración respondió a este estudio en un documento emitido durante la gestión del abogado Rodrigo Sandoval -quien renunció esta semana a su cargo-, que fue firmado por él y enviado a la Subsecretaría del Interior con fecha 29 de junio de 2017, y al cual tuvo acceso
El Mercurio.
Aunque están de acuerdo en que Chile “ha experimentado un aumento sostenido de la migración haitiana” a partir del año 2009, basado en el número de visas y permanencias definitivas otorgadas, Extranjería no considera que el flujo sea “desordenado”.
“A diferencia de los flujos migratorios que provienen de países vecinos, el flujo haitiano hacia Chile está caracterizado por su ingreso a través del Aeropuerto Internacional de Santiago, lo que implica un muy bajo porcentaje de ingreso clandestino y de condición irregular”, expone en el documento.
El departamento afirma que no es posible afirmar que la inmigración desde Haití se caracterice por el ingreso ilegal o la estadía sin posibilidades de regularizarse, aunque reconoce que la barrera idiomática “sí los hacen más propensos a ser víctimas” de vulneración de derechos.
Con respecto a los “problemas de convivencia local” mencionados en el estudio, Extranjería responde que la cultura haitiana “se caracteriza por tener normas de convivencia similares a las chilenas en términos de uso del espacio público y de ruido".
Sobre el último punto, “trata de personas y tráfico ilícito de migrantes”, el departamento afirma que la mayoría de los casos de trata de personas reportados entre 2011 y 2015 son de nacionalidad boliviana y paraguaya, y que con respecto a Haití no existen casos.
A esto agregan que para poner en marcha medidas como la propuesta por Cancillería de exigir una visa de turismo para los haitianos es preciso tener en consideración “no imponer alguna medida que pueda aumentar la proliferación de las bandas organizadas, que cometan estos delitos, viendo a la migración como un lucrativo negocio favorecido por barreras de ingreso que la oferta delictiva se encuentre en condiciones de soslayar".
"Más que una restricción o prohibición de la misma (la migración haitiana), se hace recomendable analizar de modo integral y multidimensional el modo en que se puede incidir en las condiciones que la provocan y determinan", concluye el documento.
