Héctor Aravena, El Mercurio
SANTIAGO.- Hace tres años, cuando la madrugada del 12 de agosto de 2014, un grupo de seis asaltantes robaba $ 6 mil millones desde el aeropuerto, los funcionarios de seguridad de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) no tenían atribuciones para portar armas.
Ese mismo año comenzó un entrenamiento de dicho personal, que hoy se traduce a 200 efectivos que circulan armados por el terminal. Además, desde 2016 se está implementando en el recinto un sistema de seguridad integral en el que la DGAC está invirtiendo US $ 10 millones.
Dentro de ese plan se enmarcan las últimas adquisiciones para el aeropuerto: pistolas 9 milímetros, subametralladoras y escopetas de repetición, que serán utilizadas por el personal de seguridad aeroportuaria, denominado AVSEC.
El armamento, sin embargo, no estará circulando cerca de los transeúntes. Los elementos que sí podrán portar los funcionarios en dichas zonas son los disuasivos, como el gas pimienta.
"Por política institucional,
no habrá personal armado en el sector de pasajeros. Ante cualquier situación que ocurra, actúan Carabineros y la PDI", afirmó a
El Mercurio el jefe del aeropuerto, Juan Luis Rodríguez.
El nuevo armamento, entonces, será utilizado en la vigilancia perimetral, en los puestos de control de acceso de vehículos a la plataforma, como los de transporte de valores, y en el área de carga.