José Miguel Pérez, El Mercurio
SANTIAGO.- Dos viajes ida y vuelta diarios en transporte público realizan, en promedio, los 3,1 millones de adultos mayores del país, según estimaciones de las distintas organizaciones que los representan.
Para completar esos trayectos, que principalmente tienen como propósito trabajos, trámites, visitas al médico o compras, deben pagar cuatro pasajes. Al mes, esto les implica desembolsar unos $40 mil, un cuarto de una pensión mensual media de $160 mil.
Pese a este esfuerzo financiero para movilizarse, solo algunos adultos mayores del país pueden viajar con tarifa rebajada en el transporte público: los 450 mil pensionados de la Región Metropolitana que usan el metro (aunque solo 180 mil de ellos hacen efectivo el beneficio, porque el resto no se ha inscrito), algunos usuarios del Metro de Valparaíso y otros que se movilizan en ciudades como Iquique, Antofagasta y Punta Arenas, además de unos 600 servicios rurales, que también ofrecen descuentos. Pero en el resto del país, incluidos los buses del Transantiago y el tren Alameda-Nos, el pasaje rebajado todavía es un anhelo para ellos.
"No lo pedimos por capricho, sino por necesidad. Al tener pensiones muy bajas gastamos buena parte de los ingresos solo en movilizarnos. Somos personas responsables que no vamos a usarlo sino para nuestras gestiones", dice Gladys Fernández, presidenta de la corporación Marcha de los Bastones, que reúne a diversas uniones comunales de adultos mayores del Gran Santiago.
Ayer, la ministra de Transportes, Paola Tapia, confirmó que el beneficio de viajes ilimitados para pensionados en el Metro de Santiago, anunciado el lunes por la Presidenta Michelle Bachelet, comenzará a regir el 21 de este mes.
En cuanto a la demanda de extender la rebaja a todos los adultos mayores, y a los usuarios de buses y de regiones, dijo que deberá ser revisado en una futura administración.
Análisis en la edición de hoy de
El Mercurio.
