Tomás Fernández, El Mercurio
SANTIAGO.- Exámenes mentales realizados por el Servicio Médico Legal al general (r) Héctor Orozco Sepúlveda durante su proceso de condena por dos homicidios ocurridos en 1973, demuestran que el militar se encuentra "lúcido y que puede ingresar (a la cárcel) a cumplir en condición normal".
Esta información fue dada a conocer por la Corte de Apelaciones de Valparaíso luego de que el hermano del general, el doctor René Orozco, afirmara que la condena de 10 años de prisión en Punta Peuco que le dio la Corte Suprema al militar el pasado 18 de julio "no es justicia, es venganza", debido a la avanzada edad de Orozco y su deterioro a causa del Alzheimer.
El tribunal aclaró que, tras la sentencia, la defensa de Orozco presentó un recurso de amparo "en el que da cuenta de un eventual padecimiento mental", el cual fue rechazado este martes.
Asimismo, aseguró que "en el proceso no existe ningún antecedente de patología mental del condenado Orozco Sepúlveda, es más, los exámenes mentales ordenados y realizados por el Servicio Médico Legal dan cuenta que se encuentra lúcido y que puede ingresar a cumplir en condición normal".
No obstante, ante el eventual padecimiento de enajenación mental del imputado, el ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jaime Arancibia, "evalúa solicitar nuevas pericias mentales" para comprobar el padecimiento, que podría llevar a dictar un sobreseimiento de acuerdo al artículo 687 del Código de Procedimiento Civil.
Ingreso a Punta Peuco
El general (r) Orozco ingresó este lunes al penal Punta Peuco para cumplir con su condena de 10 años y un día su responsabilidad como autor de los homicidios calificados de Rigoberto Achú Liendo y Absolón Wegner Millar, ocurridos el 13 de diciembre de 1973 en San Felipe.
El día que la Corte Suprema condenó al militar, también dictó sentencia en contra de Sergio Jara Arancibia, Luis Lovera Betancourt, Raúl Navarro Quintana y Milton Nuñez Hidalgo, los últimos dos por ser cómplices de los mismos delitos de Orozco.
Los cinco condenados debían presentarse el 7 de agosto ante el tribunal para ordenar su ingreso, sin embargo, sólo tres de ellos llegaron a la citación. Orozco y Jara no se presentaron, por lo que se entregaron las respectivas órdenes de detención ante la Brigada de Derechos Humanos.
En tanto, Gendarmería había informado que existían sólo dos cupos para el penal Punta Peuco y tres irían al nuevo anexo de Colina 1.
La PDI llega al domicilio de Orozco para detenerlo, pero no lo encuentra, por lo que lo declara prófugo de la justicia e inician la búsqueda en otros lugares. Fue finalmente ubicado el 21 de agosto en la casa de uno de sus hijos y posteriormente trasladado hasta Punta Peuco para cumplir su condena.
