Los comuneros mapuches acudieron en silla de ruedas al Juzgado de Garantía de Temuco
Agencia Uno
SANTIAGO.- La Conferencia Episcopal llamó a los comuneros mapuches en huelga de hambre a "deponer su actitud" y a quienes tienen alguna responsabilidad en la situación a "implementar los mecanismos y soluciones adecuadas".
El lonco Alfredo Tralcal y los hermanos Benito, Ariel y Pablo Trangol cumplen hoy 116 días en ayuno para exigir que el Gobierno recalifique como delito común la querella por Ley Antiterrorista que presentó por la quema un templo en Padre Las Casas.
"Hacemos un llamado a los huelguistas a deponer su actitud y a todos quienes tienen alguna responsabilidad y participación en esta delicada situación a implementar los mecanismos y soluciones adecuadas que permitan resguardar la vida de estas personas, buscando siempre conseguir la verdad y la justicia a través de un debido proceso judicial", dijo.
Añadieron que la huelga constituye una "presión indebida sobre los órganos del Estado llamados a ejercer la justicia en el país".
Asimismo la Conferencia Episcopal manifestó su preocupación por la "salud física de los huelguistas", la cual ha tenido un "grave deterioro" de forma que "puede correr peligro la vida de alguno de ellos".
"Nos preocupa enormemente no sólo el progresivo y grave deterioro de su salud, sino también la angustia de sus familias y de las comunidades a las que pertenecen, así como la violencia que se continúa generando en la Araucanía", expresó.
Tralcal y los hermanos Trangol demandan un "juicio justo" por la acusación que pese contra ellos por la quema de un templo evangélico en dicha localidad de la Región de La Araucanía, ocurrida en 2016.
Obispo de Concepción pide término de toma en la catedral
En tanto, el arzobispo de Concepción Fernando Chomalí, emitió este viernes una declaración pública en la que pide el fin de la toma en la catedral penquista, a favor de los comuneros mapuches en huelga de hambre.
Monseñor explicó en la misiva que la acción en el templo "la toma es una medida que nos duele mucho porque ha impedido que los católicos puedan celebrar su fe. El Templo es la casa de Dios y lugar de encuentro y oración. Por eso insistimos que no es la forma de manifestar su descontento. Les pedimos encarecidamente a quienes han tomado la Catedral que la dejen para que podamos continuar con nuestra vida pastoral, a la cual tenemos derecho".
En ese sentido, Chomalí calificó como un “acto de violencia” la ocupación ilegal, pero descartó solicitar el desalojo con la fuerza pública.
"Hemos dialogado en múltiples oportunidades con quien representa a las personas que ocupan el Templo para que lo abandonen. Y lo seguiremos haciendo. Hemos hecho todo cuánto ha estado a nuestro alcance para solucionar los temas que les inquietan. Queremos dar un testimonio claro de que no podemos seguir pensando que la paz se va a lograr con violencia, venga de donde venga. Ha habido demasiadas víctimas. ¡Basta!", añade el documento.