EMOLTV

El día en que Piñera recalificó la querella para detener una huelga de hambre mapuche

En 2010, el gobierno del actual candidato presidencial de Chile Vamos negoció con 38 comuneros detenidos por actos de violencia para que depusieran la medida de presión, aceptando el petitorio de los manifestantes.

29 de Septiembre de 2017 | 16:26 | Por Felipe Vargas, Emol
imagen

El ministro Larroulet (centro) encabezó las negociaciones.

El Mercurio/Archivo
SANTIAGO.- Este viernes, los familiares de los cuatro comuneros mapuche que hoy cumplen 116 días en huelga de hambre llegaron hasta el Palacio de La Moneda para pedir a la Presidenta Michelle Bachelet que interceda para que el Gobierno retire la invocación de la Ley Antiterrorista en el caso Iglesias en la Región de La Araucanía.

"Señora Michelle Bachelet, en sus manos se encuentra la vida de nuestros familiares", reza la carta que los representantes del lonko Alfredo Tralcal y los hermanos Benito, Ariel y Pablo Trangol le entregaron esta mañana al ministro del Interior, Mario Fernández, quien quedó de entregar una respuesta durante las próximas horas.

El pasado miércoles y ante la presión de los comuneros, cuyo estado de salud ha empeorado progresivamente, el jefe de gabinete anunció que pediría cambiar la prisión preventiva que pesa sobre ellos, generando una serie de críticas por parte de la oposición por la "mando blanda" de La Moneda al enfrentar la situación.

Este ánimo de recalificar una querella no es nuevo. Hace siete años, el gobierno del actual candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, tuvo que enfrentar una situación similar: El 12 de julio de 2010, un grupo de 23 mapuche que estaban en prisión preventiva decidieron irse a huelga para que no los juzgaran bajo la Ley Antiterrorista.

Con el paso de los días, se sumaron más imputados a la medida en Angol, Temuco, Lebu y Concepción, llegando a ser 38, incluyendo al vocero de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul. A 68 días del inicio de la protesta, el 21 de agosto de 2010, se inició el dialogo a través del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, que en ese momento era obispo de Concepción.

Mesa de Diálogo en el Ñielol


Ante la demora de las tratativas y en medio de las celebraciones del Bicentenario, el entonces Presidente Piñera decidió convocar a una mesa de diálogo en el Cerro Ñielol entre el Gobierno, las iglesias, organizaciones civiles de La Araucanía y el Biobío y representantes de las comunidades del pueblo mapuche.

Días después, los comuneros rechazaron la mesa de diálogo, pero el 24 de septiembre de 2010 sostuvieron el primer encuentro con el Gobierno, representado por el ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet. El 27 de septiembre de ese año, objetaron la propuesta inicial de La Moneda y mantuvieron la huelga.

Durante este tiempo el Gobierno ya tenía planeado un perfeccionamiento de la Ley Antiterrorista debido a un pronunciamiento de la comisión interamericana de DD.HH., que les señaló que la ley no tenía el estándar para respetar la legislación internacional.

El Ejecutivo hizo envío de un proyecto de ley con dos modificaciones: la presunción del dolo terrorista, el cual era el principal problema para la comisión interamericana, y un conjunto de normas que mejoraban el combate al terrorismo. Esta última fue rechazada mientras que se aprobó la modificación al dolo. Tras su aprobación el 8 de octubre, se recalificaron los casos de delito terrorista.

Después de 82 días sin ingerir alimentos, 23 mapuches de Concepción, Lebu y Temuco llegaron a un acuerdo, tras intensas negociaciones con el Gobierno. El 8 de octubre la mayoría depuso la medida, salvo Luis Marileo, quien lo hizo el 12 de ese mes.

Tras finalizar la huelga, la vocera de los mapuches, Natividad Llanquileo, defendió la medida de presión, asegurando que se tomó de forma "responsable y racional" por los indígenas, quienes son "luchadores sociales y que cargan en sus hombros años de trabajo en las comunidades".

En tanto, el ministro Larroulet, que entró a la cárcel de Angol para explicar a los ayunantes que había una modificación en la legislación, expresó su satisfacción por el acuerdo, asegurando que "este es un triunfo para la sociedad chilena. Triunfó la vida, triunfó la unidad de los chilenos, triunfó el futuro de Chile".