El Mercurio (imagen referencial)
SANTIAGO.-Desde que en 2014 se conoció la decisión del Ministerio de Salud de comprar fórmulas lácteas de inicio —"relleno", como se conoce popularmente— para niños menores de un año, distintas agrupaciones de pacientes y expertos criticaron la medida.
Cuestionaban que no se incentivaba la lactancia materna y que la adquisición de leche era excesiva.
Esa última arista fue indagada por Contraloría, a pedido de la diputada independiente Karla Rubilar. El informe final de la investigación, al cual accedió El Mercurio, concluyó que si bien se necesitaban 9 mil tarros de fórmula láctea, se adquirieron 96 mil; que "no existen antecedentes que justifiquen la cantidad de producto (comprado)", y que "la diferencia, equivalente a 87 mil tarros, implicó un desembolso improcedente de $422.402.400".