SANTIAGO.- El intendente de Santiago, Claudio Orrego, presentó ayer una denuncia ante el jefe regional de la Fiscalía Metropolitana Sur, Raúl Guzmán, para que investigue el tráfico de armas. Lo hizo en esa unidad porque en la zona sur es donde existe el mayor número de armas incautadas y donde están tres de los cuatro barrios de alta complejidad que la Intendencia está interviniendo.
"Hoy día estamos poniendo el dedo en la llaga, que no es solo un problema de La Legua (...) la gente está preocupada por las balaceras. Y eso significa que, más que solamente detener al delincuente que tiene el arma o la dispara, hay que romper la cadena del comercio ilegal de armas en Santiago y en Chile", dijo.
Si bien explica que el tema se visibilizó con lo ocurrido el fin de semana antepasado en La Legua Emergencia, hay hechos que considera altamente inquietantes. "El 99,9% de las armas incautadas por la fiscalía y por las policías durante el año pasado y este año son armas industriales; es decir, no son armas hechizas. Son armas que se compran a un proveedor regular. Lo mismo ocurre con la munición (...) Alguien la importa, alguien la vende y alguien la distribuye".
Entre las diligencias que le pidió al fiscal Guzmán, una tiene relación con acceder a todos los registros de armas, saber cuáles han sido controladas, cruzar los datos con la base del Registro Civil, y seguirles la trayectoria hasta detectar lo que él llama el eslabón perdido: dónde está ocurriendo el tráfico.
"Aquí se han incautado Kalashnikov AK-47, M16. La verdad es que estamos hablando de armas largas de guerra. Todas, inclusive las armas cortas, tienen munición nueva. ¿Quién está vendiéndoles munición a estas personas? ¿Cómo llega? Uno puede entender que un arma se puede robar, pero ¿la munición se roba? ¿O alguien la vende a alguien que no tiene las condiciones para poder tenerla? Ese es el eslabón perdido", sostuvo.
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