SANTIAGO.- Se trata del primer Pontífice latinoamericano de la historia y, más aún, proviene de la vecina Argentina. Por eso no es extraño que el Papa Francisco tenga una cercana relación con Chile, país que visitará como máximo representante de la Iglesia Católica en enero del próximo año.
Y es que Jorge Bergoglio terminó su formación como sacerdote jesuita justamente en Santiago, en el "juniorado" ubicado en la actual Casa de Retiro San Alberto Hurtado donde, entre 1959 y 1960 estudió Ciencias Clásicas.
Así, quien se transformaría varias décadas más tarde en Sumo Pontífice, aprendió en Chile sobre historia, literatura, latín y griego de manos del sacerdote jesuita Carlos Aldunate.
Medio siglo después, ad portas de su retorno al país, el periodista argentino y autor de su biografía "Aquel Francisco", Javier Cámara, participó este lunes en un seminario organizado por la Comisión Nacional para preparar la visita de Francisco a Chile.
Previo al encuentro, Cámara le comentó sobre su asistencia al mismo Papa, quien decidió contarle en mayor detalle su experiencia como estudiante en Santiago a través de una carta, a la que Emol tuvo acceso.
Según el director de Comunicaciones de la Comisión Nacional, el padre Felipe Herrera, la misiva "nos hace ver que el Papa está súper pendiente de lo que pasa en Chile".
Apertura al humanismo
"Quizás lo que más me dio el año de juniorado fue una marcada apertura al humanismo. Y esto no solo por los estudios clásicos que hice, sino por el modo como estaba encarnada la formación. El equipo de formadores ayudaba a crecer en el conocimiento (intelectual, afectivo y de belleza) de la realidad. El horizonte se ampliaba y la espiritualidad ignaciana era vivida con una gran riqueza humana y espiritual. La dirección espiritual era muy bien cuidada y armonizaba el conjunto", se explayó Bergoglio en la carta.
El Pontífice argentino agregó que guarda especial recuerdo del padre José Donoso. "Los cursos de historia de la cultura, historia del arte, que dictaba el P. José Donoso eran de mucha categoría. Esto me marcó notablemente", expresó el Papa Francisco. De hecho, aseguró tener todavía los apuntes de sus clases.
El religioso argentino aseguró que "todo esto llevaba a una maduración en el ejercicio de la libertad".
Para Herrera, la carta muestra "cómo también un chileno forjó en el alma del Papa Francisco una proximidad con temas tan importantes como la cercanía social a las personas y también al mundo de las humanidades".
Terremoto del 60
Bergoglio también destaca que mientras se encontraba estudiando en el país, el mayor terremoto de la historia del país azotó a la ciudad de Valdivia con sus 9,5 grados Richter, dejando incontables destrozos, miles de fallecidos y millones de damnificados.
"Ese año, 1960, también viví de modo muy cercano la tragedia del terremoto. Buena parte de mis compañeros se desplazaron al sur para ayudar. Esto indica la capacidad que tenía la formación que se nos daba para asumir los hechos de la vida e integrarlos en nuestra vida apostólica y religiosa. Los Superiores sabían armonizar todos los aspectos", afirmó.
Para Herrera, que el Papa recuerde el terremoto "que fue tan devastador para Chile y cómo él lo vivió acá en Chile, significa que sabe lo que es pasar un terremoto en Chile y eso lo acerca mucho a nosotros".
