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El volátil Norte Grande: La disputa por los votos de las regiones más reacias al duopolio político

Con alcaldes y parlamentarios independientes, la zona muestra desde hace 15 años un "hartazgo" con los partidos políticos tradicionales. En esta elección, son tres los candidatos que podrían conquistar los difíciles apoyos de las primeras regiones del país.

02 de Noviembre de 2017 | 08:08 | Por Consuelo Ferrer D., Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- Gerardo Espíndola (Partido Liberal), Jorge Soria (Por la Integración Regional), y Karen Rojo (independiente) tienen varias cosas en común: fueron electos alcaldes de Arica, Iquique y Antofagasta, las comunas más grandes de sus regiones, y ninguno de ellos milita en un partido de la Nueva Mayoría o Chile Vamos.

Un dato importante de cara a las elecciones del 19 de noviembre, considerando que las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá eligen senadores, además de Presidente y diputados. Eso, sumado a que uno de los aspirantes a La Moneda -Alejandro Guillier- es parlamentario por Antofagasta.

El fenómeno tiene algunos antecedentes. "El norte, desde hace aproximadamente 15 años, viene siendo un territorio extraordinariamente volátil", comenta a Emol Mauricio Morales, director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca.

A la baja participación electoral, que afecta a todas las zonas de Chile especialmente en las áreas urbanas, el experto suma una preferencia en el Norte Grande por los candidatos "outsiders", que responde a un "hartazgo de los partidos tradicionales", aunque con preferencia por los que se amparan en el arco de la centroizquierda.

La razón, a su juicio, podría estar en el creciente rechazo por el centralismo. "En el norte la percepción del fenómeno es mayor que en el resto del país. Ahí, candidatos como José Miguel Insulza tienen muy pocas opciones, porque el foráneo que llega a competir allá es visto como un representante del centralismo y como un oportunista", asegura Morales.

"El foráneo que llega a competir allá es visto como un representante del centralismo y como un oportunista"

Mauricio Morales
Y esa tendencia se refleja en los resultados de las elecciones pasadas. En 2009, Marco Enríquez-Ominami, quien entraba por primera vez en la carrera presidencial con un discurso renovado y rupturista, obtuvo niveles de votación significativamente más altos que el promedio del país.

Mientras a nivel nacional el resultado fue un 20,13% de los votos, en la Región de Tarapacá alcanzó un 28,7%, en Antofagasta un 27,6% y en Atacama un 27,2%, imponiéndose a Eduardo Frei (de la Concertación) en Tarapacá y Antofagasta.

Sin embargo, cuando presentó su segunda candidatura en 2013, disputó los votos con un nuevo candidato que entraba al escenario también con un rol de "outsider": Franco Parisi.

El economista, quien propuso unas fallidas "primarias independientes" con el progresista, obtuvo un promedio de 10,11% de las preferencias en el país, pero en Tarapacá su porcentaje subió a 19,6% y en Antofagasta a 21,6%. Al mismo tiempo, los respaldos de ME-O bajaron hasta alcanzar entre un 11 y un 13% respectivamente.

Este año, los expertos vaticinan que son tres los candidatos que se perfilan como los aspirantes a conquistar algunos de los volatiles votos del Norte Grande: ME-O, que busca reconquistarlos; Alejandro Guillier; y José Antonio Kast, un candidato independiente, pero conservador.

La reconquista de ME-O


La diferencia entre el respaldo electoral de ME-O en los comicios de 2009 y los de 2013 es amplia. Mientras en su primera elección sacó más de 127 mil votos entre Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, en la segunda sólo obtuvo 52.797, un 41% menos de los votos.

"Los votantes del norte son de la clase trabajadora más tradicional: agrícolas, mineros, personas que están dentro de gremios y sindicatos. ME-O pudo penetrar porque era el candidato de izquierda que pudo conectar mucho mejor con esos votantes", explica a Emol el director del programa de gobierno de la U. Central, Kenneth Bunker.

127mil votos sacó ME-O en Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama en 2009. Cuatro años depsués obtuvo 52 mil
Morales, además, añade otros factores: la participación electoral, que viene a la baja, y la fragmentación de las candidaturas, para lo que da un ejemplo: la circunscricpión provincial de Iquique y Alto Hospicio, que tiene 97 candidatos a cores, 22 a diputados, 11 a senadores y ocho presidenciales. Allí, un elector tendrá que elegir a cuatro de entre 138 opciones.

"Las comunidades del norte están mucho más dispuestas a votar por candidatos exógenos", explica Morales, y señala que las candidaturas responden a un factor local. El problema que buscará revertir ME-O, en su tercera postulación, es que ya no sea percibido como un candidato rupturista, sino que se haya ido institucionalizando.

Una opción para Kast


"Hay que ver qué y a quién quieren ahora", comenta Morales, advirtiendo que el comportamiento de las comunas del norte es difícil de predecir y que, si bien la tendencia ha sido la de apoyar candidaturas más de izquierda, con Parisi el populismo de derecha dio resultados.

El hecho se debe, en parte, a los niveles de delincuencia y narcotráfico que presentan las regiones, sumado a un fuerte impacto de la migración. "Parisi tenía un discurso mucho más populista que radicalmente de derecha. En el caso de Kast, estamos hablando de una agenda programática de ultra derecha", explica el experto.

"Ese discurso sirve para un electorado conservador como el de Kast, pero necesita otros elementos también. La migración no es un tema por sí solo que inspire un voto, es insuficiente"

Kenneth Bunker
Tanto Morales como Bunker consideran que el apoyo que pueda obtener Kast, gracias a su discurso que en un comienzo aludió a la migración, es un fenómeno a observar, pero que no debería ser significativo, porque no constituye por sí solo una razón para que esa población decida votar por la "derecha dura".

"Ese discurso sirve para un electorado conservador como el de Kast, pero necesita otros elementos también. La migración no es un tema por sí solo que inspire un voto, es insuficiente", opina Bunker.

La "prueba de fuego" de Guillier


Con más de 61 mil votos, correspondientes al 37% de las preferencias, Guillier fue electo como senador por la Circunscripción 2, de Antofagasta, en 2013. Esta vez, el ahora candidato presidencial por el bloque Fuerza de la Mayoría pondrá a prueba su respaldo en la región.

"El norte siempre ha sido mucho más de izquierda que el sur, con muy pocos senadores de derecha. Guillier es un candidato súper de centroizquierda, que además tiene una conexión con la región que no tiene Marco", dice Bunker.

Para Morales, esta votación será "la gran prueba de fuego" del senador. "Acá evaluará si sus bases de apoyo están debidamente consolidadas o si él fue electo solamente como un producto del binominal. Lo esperable sería que obtuviera una muy buena votación en Antofagasta, pero si no logra eso, significa que su carrera presidencial partió dañada de origen", agrega.

Un escenario favorable para los caudillos locales


En lo que ambos expertos coinciden es en que las primeras regiones del país tienen la tendencia a elegir líderes locales, por lo que a quienes sí le ven posibilidades favorables es a dos candidatos al Senado: Salvador Urrutia, por Arica, y Jorge Soria, por Iquique

Urrutia, quien fue alcalde de Arica, director del Servicio de Salud y dirigente local durante la campaña del No, fue electo como diputado en 1993 con un 43% de los votos, convirtiéndose en el diputado con mayor votación en ese momento.

Jorge Soria ha sido alcalde de Iquique en cinco oportunidades, y en 2012 fue electo con el 53,9% de los votos. El considerado "caudillo local" renunció a su puesto en octubre para lanzar su candidatura.
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