Juan Eduardo López, El Mercurio
SANTIAGO.- En Chile, el sistema público para atender emergencias de salud es el Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU), que cuenta con operadores que deben ser capaces de dar indicaciones por teléfono a quien llama por una urgencia y enviar una ambulancia de manera oportuna para ayudar los casos que lo necesiten. El problema es que no todos los llamados son atendidos y, con ello, se abre la posibilidad de no brindar ayuda a tiempo.
Un estudio de Emilio Santelices, académico de la Universidad de Chile, detectó que de los 806.842 llamados que registró el Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU) en la Región Metroplitana en 2016, se contestaron 626.796. Es decir, 180.046 casos, equivalentes al 22%, terminaron siendo llamadas perdidas.
"Son casos que el SAMU nunca llegó a ver, nunca supo de qué se trataba ni qué pasó con esa persona", dice Santelices.
Según el estudio de Santelices, el estándar internacional es que las centrales de emergencia contesten el 99% de las llamadas en 10 segundos o cuatro rings de teléfono.
El análisis completo en la edición de hoy de
"El Mercurio".