SANTIAGO.- Varios de los comuneros que sobrevivieron al fatal volcamiento del bus en La Araucanía trabajan en el Centro de Salud Familiar (Cesfam) de Tirúa, donde conviven la medicina mapuche basada en hierbas medicinales y la convencional que funciona con otros remedios.
Esta alianza no sólo existe en esta región del sur del país, sino también se ha replicado en la Región Metropolitana, específicamente, en otro Cesfam; el Los Castaños de la comuna de La Florida.
Allí hay una ruca que funciona hace 17 años y su coordinador es el lonko Sergio Melinao, quien tiempo atrás viajo Tirúa para conocer este alianza e intercambiar experiencias.
"Allí ellos están trabajando directamente con la salud de los pueblos indígenas y tienen un equipo del Cesfam. Últimamente ha habido harto intercambio de saberes en el sur. Lamentablemente pasó esto (el accidente). El 23 (de noviembre) nosotros estuvimos por allá viendo este tema", dijo a Emol.
El lonko explica cómo funciona: "Desde la medicina occidental les piden una serie de exámenes, lo bueno de la medicina mapuche es que el diagnóstico es instantáneo. El especialista con el que trabajamos ve a través de la orina, línea de la mano y en el caso de pacientes postrados, a través de la fotografía".
El director del Servicio de Salud de Arauco, Víctor Valenzuela, dijo que en la comuna cuentan con un Programa de Salud Intercultural hace 15 años.
"Hace poco tiempo hemos iniciado el proceso que nuestros médicos traumatólogos puedan derivar a los pacientes a los componedores de huesos así como nuestros siquiatras derivar pacientes a las comunidades indígenas, hacia sus machi", sostuvo.
A través del Minsal y los distintos servicios se ha buscado producir un diálogo entre los traumatólogos y los componedores de huesos (ngutamchefe); estos últimos declarados Tesoros Humanos Vivos de la Unesco.
"Eso permite el respeto a esta medicina ancestral y la comunicación entre dos culturas distantes en algunos minutos, pero en este tema hemos podido lograr una unidad que es única en el país".
Según el director del Hospital Kallvu Llanka de Cañete, José Luis Lincoñir, hace tres años vienen trabajando en el lugar los componedores de huesos junto a traumatólogos y kinesiólogos. Al igual que los psiquiatras junto a las machis y matronas con puñeñelchefe (parteras).
Es la alianza entre la medicina mapuche y occidental que vivió su jornada más dura, tras el fatal accidente en el sur que dejó 11 personas fallecidas.