SANTIAGO.- Los escolares chilenos consiguieron los mejores resultados en una prueba internacional de comprensión de Lectura, en las dos décadas que el país ha participado en ese tipo de mediciones, aunque siguen ubicándose por debajo del promedio internacional.
Se trata del Estudio Internacional de Progreso en Competencia Lectora (PIRLS), que se aplicó a estudiantes de cuarto básico de 59 países –50 países y 9 ciudades–.
De acuerdo a los resultados –entregados por la Agencia de Calidad de la Educación–, los estudiantes chilenos obtuvieron 494 puntos, sólo 6 puntos bajo el promedio de la prueba (500) y a 17 puntos del promedio de los países participantes (511). Además, superaron a los escolares de Buenos Aires (480 puntos), los únicos otros latinoamericanos que participaron en el estudio.
En la prueba se midieron las habilidades para comprender dos tipos de textos: literarios e informativos. Los estudiantes nacionales obtuvieron sus mejores resultados en los textos literarios, donde incluso alcanzaron el promedio de la prueba (500 puntos), mientras que en los informativos llegaron a 485 puntos.
Además, uno de cada cuatro escolares chilenos (25%) se ubicó en los dos niveles superiores de la prueba –"avanzado" y "alto"– (de un total de cinco niveles), lo que implica que son capaces de interpretar y realizar inferencias más complejas a raíz de los textos. El porcentaje de alumnos que está en esos niveles es mayor al observado en otras pruebas internacionales. Además, en ese grupo hay alumnos de todos los niveles socioeconómicos.
El secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad, Carlos Henríquez, destacó estos resultados: "En el resto de las evaluaciones internacionales estábamos bastante lejos del promedio de la escala, pero en esta ocasión acercarse a este promedio es una buena noticia, con un puntaje mayor incluso a Buenos Aires (...) aunque también nos queda camino por recorrer si queremos llegar a este promedio de los países que nos desafían en nuestros avances".
En tanto, la ministra de Educación, Adriana Delpiano, afirmó que "estamos contentos", ya que "vamos acortando brechas y distancias, y vamos llegando a una media de los distintos países del mundo que se han sometido a esta prueba. Nos queda avanzar, pero también hay que mirar este camino del cual venimos (...) El país ha hecho cambios relativamente rápidos en el tiempo y tener esta cantidad de niños desempeñándose en la lectura comprensiva de buen nivel es muy importante".
Brecha socioeconómica y de género es menor a otros países
El estudio también muestra que en Chile los estudiantes de los ingresos más altos superan en 95 puntos a los de ingresos más bajos. Pese a que esta brecha sigue siendo importante, es menor que el promedio de los países evaluados (132 puntos). "Estamos avanzando en equidad, aunque es importante todavía la brecha entre niveles altos y bajos", señaló Henríquez.
Algo parecido ocurre con la diferencia entre los géneros, ya que en Chile las mujeres superan en 14 puntos a los hombres, aunque esa diferencia también es menor al resto de los países (19 puntos).
Sobre este tema, la ministra Delpiano comentó que "si bien valoramos que las mujeres comprendan mejor la lectura, no queremos que ningún niño se quede atrás y, por lo tanto, hay que preguntarse cuáles son los factores que llevan a que los varones tengan mayores dificultades en esta área".
La evaluación también midió las actitudes hacia la lectura que tienen los estudiantes. En el caso de los escolares chilenos muestran actitudes positivas y, por ejemplo, la mayoría afirma que "disfruta leer" o "aprende mucho leyendo".
Sin embargo, se constata que la disposición de los padres hacia la lectura sí influye en la que tienen sus hijos. Así, el 75% de los hijos de padres que les gusta leer dicen disfrutar de la lectura, mientras que esa cifra baja a 64% si a sus padres no les gusta leer.
Entre las principales recomendaciones que se mencionan para fomentar la lectura entre los escolares está generar más bibliotecas en los colegios, que sean atractivas y con una gran variedad de libros para los diferentes intereses de los escolares; fomentar los hábitos lectores de los padres y la socialización temprana de la lectura en los niños; y promover la lectura de textos diversos, que aborden temas más atractivos para los estudiantes.
"Transformar la lectura en un placer más que una obligación resulta ser un elemento central en la acción educativa del establecimiento educacional", afirma Henríquez.
