SANTIAGO.- Gran polémica generó el anuario de cuarto medio entregado en diciembre de 2016 en el Colegio Antilhue de La Florida, el cual la Corte Suprema ordenó destruir ya que en él se burlan explícitamente de una alumna.
Ante el hecho, el superintendente de Educación, Alexis Ramírez, señaló que "los establecimientos tienen la obligación de resguardar la integridad física, psicológica y emocional de los estudiantes durante toda la trayectoria educativa, previniendo situaciones que afecten su honra y dignidad".
Sucede que el texto, distribuido en la fiesta de gala, tenía una imagen de todo el curso retratado en una caricatura, con uniforme, pero la joven en cuestión había sido dibujada sólo en ropa interior y con una serie de epítetos denigrantes en su contra.
Según la madre de la joven afectada, el anuario "tenía una cantidad de insultos y groserías contra mi hija que temimos que pudiera hacer alguna tontera por el bullying recibido, por lo que la comenzamos a vigilar las 24 horas del día".
En esa línea, Ramírez recalcó que "las autoridades de los recintos educacionales deben velar siempre por el interés superior del niño, niña y adolescente en todas las actividades asociadas a la vida escolar, entre ellas la graduación, previniendo actos discriminatorios y vejatorios que puedan afectar la imagen y autoestima de los estudiantes".
Cabe destacar que el caso llegó hasta la Suprema luego de que la familia presentara un recurso de protección en la Corte de Apelaciones en contra de la directora, el profesor jefe, la directiva del curso y el comité encargado de la gala.
En estos momentos, según información dada desde el colegio a La Segunda, el establecimiento "cumplirá el fallo y dispuso envío de correos a todos los apoderados advirtiéndoles la situación". Tal como lo indicó la Corte, todos los que tengan el texto en su poder, deben devolverlo en un plazo de diez días "a fin de proceder a su íntegra destrucción".