SANTIAGO.- Cinco meses de pesadilla vivieron Johana Fuentes y su marido, quienes debieron enfrentar el dolor no sólo por la leucemia que se le detectó a su hija Francisca, a los 7 meses de vida, sino también la impotencia al ser testigos de la atención "negligente" que, a su juicio, recibió la menor en una clínica de la capital y que, en su visión, fue lo que terminó desencadenando su muerte, en marzo de 2017, cuando sólo tenía un año.
Los médicos detectaron la enfermedad de la menor en octubre de 2016, ante lo cual se activó el GES y la trasladaron de urgencia desde Iquique –donde vivían– hasta Santiago. Johana cuenta que no había ninguna clínica de la red de salud de su isapre –Consalud– que estuvieran en condiciones de hacerse cargo del caso, por lo que la internaron en la Clínica Santa María. Dice que "ahí la atendió un médico especialista, buenísimo, la sacaron de la gravedad y la estabilizaron".
Tras esto, dice que, por decisión de la isapre, fue trasladada a la Clínica Bicentenario, que es parte de su red. Asegura que allí "todo partió mal, no había médico que la recibiera, los días no hábiles no le hacían exámenes porque no había personal". Luego vino una serie de "incidentes" que, a su juicio, terminaron deteriorando gravemente la condición de la pequeña.
Infecciones intrahospitalarias e intoxicaciones
"Mi hija se contagió con infecciones intrahospitalarias, le dio trombosis porque se tapó un catéter, la intoxicaron con un medicamento que es para destapar el catéter, porque se lo pasaron a la sangre, le tuvieron que poner dos catéter, hacer dos cirugías. En la cirugía que le hicieron para sacarle el catéter malo el médico nos muestra el catéter desmembrado y nos dice de su boca que es producto de una mala manipulación", relata la madre.
En enero de 2017 el médico les comunicó que le debían realizar un trasplante de médula, por lo que debía ser trasladada al Hospital UC. "Queríamos trasladarla lo antes posible, porque seguir en la Bicentenario era muerte segura", dice. Sin embargo, el médico le aplicó antes una "quimioterapia de mantención y a la semana nuestra hija se pone muy mal, se contagió una bacteria intrahospitalaria, le dio un shock séptico y ellos no se dieron cuenta".
"Se contagió con infecciones intrahospitalarias, le dio trombosis porque se tapó un catéter, la intoxicaron con un medicamento para destapar el catéter, porque se lo pasaron a la sangre (...) Se intoxicó con las quimioterapias (...) Le dio un shock séptico y ellos no se dieron cuenta"
Johana Fuentes, madre de Francisca
Dice que cuando la menor fue trasladada al Hospital UC, en febrero, los médicos de ese recinto le informaron que venía con un shock séptico. "Venía intoxicada con las quimioterapias y tenía comprometido el corazón, el hígado y los riñones. Los médicos no entienden cómo venía en ese estado", dice Johana, quien afirma que "no debió haberse aplicado esa quimio ni debió ser trasladada en el estado en que estaba".
Ante esto, "le indujeron el coma, le dieron dos paros cardiacos y nunca más se recuperó. Incluso le dio necrosis, le iban a cortar las cuatro extremidades". Finalmente, la menor falleció un mes después, el 10 de marzo de 2017.
Francisca era la única hija de este matrimonio, de 38 y 39 años de edad, que había tenido dificultades para concebir, con una pérdida previa.
"El dolor es haberla visto sufrir tanto"
Si bien los padres están conscientes que había una posibilidad de que su hija muriera por la leucemia, estiman que la causa directa de su deceso fue el manejo que se hizo en la clínica. "De hecho, ella murió de un shock séptico, no por la leucemia en sí, por las infecciones que se contagió, por la mala atención, por intoxicación de las quimioterapias no adecuadas. Nosotros creemos que hay negligencia y que debe ser investigado", afirma la madre.
Pero no sólo eso, también acusan "indolencia" de parte del equipo médico. "Lamentablemente, mi hija tuvo que pagar con la vida, pero más que eso, el dolor que tenemos es haberla visto sufrir tanto. Días enteros llorando, una bebé de diez meses, nosotros pedimos que por favor la anestesiaran, y que no le pongan tratamiento y no la mediquen... hay una indolencia, es como que para ellos esto no era importante", relata.
"El dolor que tenemos es haberla visto sufrir tanto. Días enteros llorando, una bebé de diez meses, nosotros pedimos que por favor la anestesiaran, y que no la mediquen... hay una indolencia, es como que para ellos esto no importaba"
Johana Fuentes, madre de Francisca
También creen que "la leucemia era tratable" y, según la información que han recopilado, "tenía un 90% de posibilidades de salvarse".
Además del dolor por perder a su hija, tienen una deuda de $10 millones con la Clínica Bicentenario y de $26 millones con el Hospital UC, por lo que no cubría el GES.
Los padres de Francisca presentarán hoy una querella por cuasidelito de homicidio, en el Sexto Juzgado de Garantía de Santiago, contra todos quienes resulten responsables por su muerte. Según detalla Johana, apuntan a que se investigue el actuar de los profesionales de la clínica y al sistema GES que, a su juicio, no funcionó de manera adecuada. También están evaluando presentar luego una demanda civil.
La madre afirma que lo que esperan es que se llegue "a la verdad" de lo que ocurrió con su hija "y que la gente se entere a qué clase de sistema de salud estamos sometidos, sobre todo en el sistema privado, que de repente uno piensa que está a salvo, pero no es así".