El Papa Juan XXIII encargó a la Daimler-Benz un auto cuya cubierta trasera fuera de lona y se pudiera abrir en apariciones públicas. Comparado con el modelo tradicional, la versión papal era 10 cm más alto y tenía una distancia entre ejes 45 cm mayor. Su motor de 3.0 litros y 160 CV permitía alcanzar los 160 km/h. Incluía un intercomunicador y aire acondicionado.
Este todoterreno Fiat Campagnola es el papamóvil con más historia del Vaticano. Fabricado en 1980, fue uno de los últimos de su tipo en tener un motor de bencina de 2.0 litros y modestos 80 CV. A bordo de este vehículo el Papa Juan Pablo II fue atacado en la Plaza de San Pedro, en 1981. Fue el comienzo de una larga lista de papamóviles blindados.
Para la visita de Juan Pablo II al país se dispusieron tres papamóviles: dos de ellos importados y uno fabricado en Chile. Lo construyó Metalpar a partir del chasís de un bus Mercedes Benz, al que le incorporaron vidrios antibalas. Tenía 4 metros de largo, 2 de ancho y 2,76 m de altura. Hoy se puede ver en el Museo de Carabineros.
En 2002, Mercedes adaptó el modelo ML430 para convertirlo en una especie de camioneta de lujo. En la sección trasera se instaló una cúpula de vidrio blindada para Juan Pablo II. El vehículo podía resistir el estallido de una bomba en el suelo y contaba con suministro de oxígeno para proteger al Papa en caso de un ataque químico.
El todoterreno G500 fue el vehículo elegido para el viaje del Papa Benedicto XVI a Brasil. Es un clásico vehículo de líneas cuadradas, chasís separado del cuerpo y ejes rígidos. Tiene un motor V8 de bencina de cinco litros y un rendimiento de 296 CV. Además del papamóvil blanco, otro G500 oliva fue traído desde el Vaticano como vehículo de apoyo.
En 2012, Renault hizo un regalo a Benedicto CVI: el primer papamóvil eléctrico. Es un modelo Kangoo Z.E. (que significa Zero Emission). En la parte trasera el auto tiene un panel solar y dos asientos forrados de de cuero. Su autonomía es de solo 160 km, con una carga completa de baterías en ocho horas.