SANTIAGO.- A las 07:25 horas de este jueves partió el Papa Francisco su última jornada en nuestro país, momento en el que dejó la Nunciatura Apostólica en Santiago para subirse al avión que lo llevó a Iquique. Desde el norte, hizo una advertencia sobre las injusticias que sufren los inmigrantes e hizo un polémico respaldo hacia el obispo de Osorno, Juan Barros.
Pese a que se esperaban cerca de 400 mil personas en Playa Lobito, el lugar escogido para la ceremonia final del Pontifice en Chile, desde temprano se advirtió que no se llegaría a esa cifra. Finalmente, fueron solo 100 mil fieles los que llegaron hasta el lugar, generando cierta decepción entre los organizadores.
"Hay menos gente de la que esperábamos, estábamos preparados para un número de gente mayor”, comentaba el director nacional de la Comisión para la Visita Papal, Javier Peralta, mientras el Papa se preparaba para pisar suelo iquiqueño: A las 10:24 horas, llegó al Aeropuerto Diego Aracena.
Matrimonio en el avión
Ajeno a la preocupación por la falta de feligreses, Francisco se dio el tiempo de celebrar un enlace durante el vuelo entre Santiago e Iquique. Los tripulantes de Latam, Paula Podest y Carlos Ciuffardi, recibieron la bendición del Su Santidad. Ignacio Cueto, el presidente de la compañía, fue el testigo.
El jesuita Antonio Spadaro, uno de los hombres más cercanos al Papa relató que Podest y Ciuffardi "estaban hablando con el papa. Ellos dijeron que no se habían casado por la Iglesia. El Papa les preguntó si querían que los casara inmediatamente. ¡Ellos dijeron que sí!”
La defensa al obispo de Osorno
Antes de iniciar la misa en Iquique, el Papa Francisco abordó uno de los temas más polémicos que marcó su paso por Chile. Frente a los periodistas que lo esperaban en el inicio de su recorrido hacia el evento, realizó una fuerte defensa del obispo de Osorno, Juan Barros, quien ha sido apuntado como encubridor por las víctimas de Fernando Karadima.
Al respecto, el Pontífice señaló que “el día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia”. Más tarde, durante la ceremonia, el Papa abrazó afectuosamente a Barros, hechos que generaron duras críticas hacia su figura.
Mensaje por inmigrantes
A las 11.30 horas, el Papa inició la misa en Playa Lobito, la cual tuvo un marcado mensaje sobre la inmigración, en una zona en la cual ha aumentado de forma notable en los últimos años. En ese contexto, subrayó la necesidad de mantener una buena convivencia entre los ciudadanos locales y los extranjeros.
“Estemos atentos a las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que ponen a tantos hermanos a perder la alegría”, dijo, junto con recordar que “los que tienen que dejar su tierra (…) son la imagen de la Sagrada Familia que tuvo que atravesar desiertos para
poder seguir con vida”.
La despedida definitiva
A las 13 horas, el Papa Francisco culminó la misa en Iquique. "Señor, mira la fe de este pueblo, regálale unidad y paz", dijo, antes de iniciar el último recorrido a bordo del Papamóvil hacia la Gruta de Lourdes en Cavancha, en donde almorzó y se reunió con víctimas de violaciones a los DD.HH. durante la dictadura.
En el trayecto, el vehículo fue impactado por un caballo de Carabineros. Francisco pidió detenerse y auxilió a la funcionaria que cayó al suelo. Mientras, la Presidenta Michelle Bachelet agradeció via Twitter el paso del Pontífice por Chile. “Las palabras y acciones del Papa han sido un testimonio de esperanza en el futuro de Chile”, dijo la jefa de Estado.
Tras ello, a las 16.20 horas, el Papa Francisco llegó al aeropuerto para despedirse definitivamente de Chile. En la ceremonia, Bachelet reiteró sus palabras y el Pontífice abordó el avión que lo llevó a Perú, país en donde continuará su gira por Sudamérica.
