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Andrea Henríquez, la joven de 20 años detrás de la lucha contra el acoso escolar en Chile

La meta de la estudiante de Ciencias Políticas es lograr instaurar el 21 de marzo como el día nacional contra el bullying y que la metodología que utilizan desde su fundación, Volando en V, se transforme algún día en una política pública.

21 de Marzo de 2018 | 16:01 | Por Antonia Salas, Emol
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Andrea Henríquez (en el centro) junto a estudiantes del Liceo República de Brasil

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SANTIAGO.- "Los pájaros cuando vuelvan en V tienen toda una ciencia de compañerismo detrás, en el fondo cuando un pájaro vuela adelante de otro le hace más liviano el vuelo al de atrás. Esto se replica en los cursos bajo la lógica de que todos nos preocupamos del resto y así se combate el maltrato y se incentiva el compañerismo".

Esta es el motivo de por qué la Fundación Volando en V lleva ese nombre, explica Andrea Henríquez, fundadora de esta organización y cara visible de la lucha contra el acoso escolar.

Para la estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Católica la metodología para combatir el bullying en los colegios comienza por los mismos testigos, específicamente con los mayores del establecimiento, es decir, los de segundo a cuarto medio.

"Nuestra experiencia ha mostrado que el patrón se repite, el testigo es el que puede cambiar esto"

Andrea Henríquez
"Podemos enseñarles a usar sus propias experiencias para formar conciencia hacia abajo. En eso trabajamos, en el liderazgo de los mayores que son testigos y que pueden generar una diferencia. Nuestra experiencia ha mostrado que el patrón se repite, el testigo es el que puede cambiar esto", contaba hoy la joven de 20 años a los alumnos del Liceo República de Brasil, en donde participaron autoridades de la comuna de Santiago y del Ministerio de Educación con motivo de la campaña "Elijo ser testigo", la cual se llevó a cabo junto a la empresa Ripley.

Esta nueva forma de abordar el problema del acoso escolar, centrando el foco en los espectadores por sobre la víctima y victimario, nació a partir de su misma historia. Henríquez cuenta a Emol que cuando ella tenía 11 años sufrió maltrato escolar por parte de sus compañeras de colegio en Ecuador, país donde se trasladó por el trabajo de su padre.

"Me pasó algo súper puntual que me hizo girar la tortilla. Cuando fui víctima de bullying las alumnas mayores intervinieron e hicieron que se solucione. Luego tres años después, cuando yo tenía 14 años, me encontré con una niñita menor que yo que lo estaba pasando mal entonces ahí descubrí que se habían revertido los roles y ahora yo era la alumna mayor que podía ayudar hacia abajo", afirma.

Fue en ese momento cuando descubrió el modelo que busca erradicar esta problemática social que afecta a seis de cada 10 estudiantes, según cifras oficiales, y que ya han replicado desde Volando en V en 14 colegios de la capital y lo harán en 8 colegios más este 2018.

Asimismo, la organización incentiva el uso de un emoji (que representa un ojo negro) como una forma de alertar situaciones de acoso físico o psicológico en escolares. "Los compañeros son los que tienen que sumarse respondiendo a las publicaciones que vean de ciberbullying en sus redes sociales con este emoji para mostrar que no están de acuerdo y que apoyan a la víctima", explica la propulsora de la idea.

Desafíos de la fundación


Han sido dos años intensos para Andrea Henríquez. En 2016 realizó una charla TED y en 2017 fue una de las 100 jóvenes líderes que destaca anualmente "El Mercurio". Estos logros se suman a un aumento del interés de los colegios por participar, de hecho este año ya tienen la agenda copada, así como de los voluntarios por ayudar.

"Yo llevo trabajando en esto dos años y siento que es solamente el inicio", sostiene Henríquez, quien agrega que "mi gran sueño es llegar a ser política pública porque ahí podemos instaurar la metodología (de Volando en V) a nivel nacional". Además, la idea es lograr instaurar el 21 de marzo como el día nacional contra el bullying.

La universitaria asegura que en diciembre pasado lograron convertirse en fundación lo que, dice, les abrirá muchas puertas para poder satisfacer la demanda del programa por parte de los establecimientos, que incluso provienen del extranjero.

"Nos han contactado de muchos colegios de afuera pero todavía no tenemos la infraestructura para movernos, estamos recién aprendiendo cómo salirnos de Santiago e irnos a regiones. En muchos aspectos esto se escapa de nuestras manos pero estamos súper listos para aprender a abordarlo", sostiene Henríquez.
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