Lagos y Lula fraguaron una estrecha amistad durante el periodo en que ambos gobernaron sus respectivos países. En la imagen, durante un encuentro bilateral en 2005.
Héctor Aravena, El Mercurio.
SANTIAGO.- "El reciente fallo de una estrecha mayoría del Tribunal Federal de Justicia de Brasil al rechazar el habeas corpus presentado por @LulapeloBrasil es una mala noticia para la democracia de Brasil y América Latina". Ese fue el mensaje con el que el ex Presidente Ricardo Lagos lamentó la condena que recibió su popular ex colega brasileño.
"Su eventual encarcelamiento y eliminación de la competencia electoral profundizará la fractura que atraviesa la sociedad brasileña. Lula es el liderazgo con más apoyo popular y espero y confío que las instituciones democráticas de esa gran nación corrijan estas graves decisiones", añadió el ex jefe de Estado en su cuenta de Twitter.
Sus palabras de respaldo hacia el ex Mandatario brasileño generaron sorpresa en nuestro país, toda vez que Lagos ha sido un gran defensor del funcionamiento de las instituciones. De hecho, durante la crisis por el caso MOP-Gate que afectó a su propio gobierno en 2003, defendió que la justicia operara de forma independiente ante las presiones políticas.
Sin embargo, para entender el mensaje que envió a través de las redes sociales, es preciso considerar dos factores fundamentales: La historia de amistad que ambos mantienen y la profunda preocupación que generó en el ex gobernante el mensaje de advertencia enviado por el Ejército hacia la justicia brasileña.
"Aseguro a la nación que el Ejército brasileño juzga compartir el anhelo de todos los ciudadanos de bien de repudio a la impunidad y de respeto a la Constitución, a la paz social y a la democracia", fue el mensaje que el comandante del Ejército, general Eduardo Villas Boas, publicó en vísperas del juicio que definió la suerte de Lula.
Fuentes cercanas al ex Mandatario aseguran que esa frase reveló la gravedad de la situación brasileña y del delicado estado de su sistema democrático, lo cual lo motivó a salir en defensa del cuestionado líder, pese a la decisión adoptada por la justicia de su país. "La democracia es una plantita que hay que hay que cuidar", se le escuchó decir.
Una historia de amistad en tiempos complejos
Fue en 1997 cuando Ricardo Lagos Escobar conoció a Luiz Inacio Lula da Silva, luego de ser presentados por el ex senador Carlos Ominami. Sin embargo, la primera aproximación fue de distancia: La cercanía de Lagos con el rival de Lula, Fernando Henríque Cardozo, ponía al en ese entonces ministro de OO.PP. a "la derecha de Brasil" a juicio del líder del PT.
Sin embargo, durante su gobierno Lagos hizo importantes esfuerzos para acercarse a Brasil, demostrando que su apertura hacia EE.UU. tras la firma del TLC no significaba que Chile le diera la espalda a la región como creía Lula. Luego de designar a Osvaldo Puccio como embajador en Brasilia, antiguo amigo del histórico asesor de Lula, Marco Aurelio García, el vínculo se estrechó notablemente.
Fue así que durante el periodo de ambos al mando de Chile y Brasil fraguaron una alianza clave en la región. El respaldo de Lula a Chile tras la intervención de Hugo Chávez en apoyo a la demanda marítima de Bolivia, y el soporte que dio Lagos a su par brasileño a sus programas a nivel internacional, como la iniciativa "Hambre Cero", sellaron la amistad.
Según cercanos a Lagos, el ex gobernante cree firmemente en su inocencia. El origen humilde del ex Mandatario brasileño es a su juicio su principal argumento, ya que nunca percibió en él un intento de sacar provecho pecuniario desde su labor política. El hecho de que sea enjuiciado por un departamento de lujo no le calza con el perfil íntimo de Lila.
Por ello, en marzo de 2016 firmó una carta de respaldo hacia su figura en conjunto con otros líderes internacionales y en enero de este año defendió su repostulación a Planalto, asegurando que quienes buscaban adelantar el juicio contra el líder del PT brasileño encabezaban un “acto de persecución política" para impedir que sea candidato presidencial.
