SANTIAGO.- Altos costos, baja demanda, exposición a robos y accidentes, riesgo de desbordes del río, impulsor del comercio ilegal y los rayones en los tajamares. Estas fueron las críticas que el urbanista Iván Poduje realizó al proyecto del Mapocho Pedaleable en una columna publicada el pasado lunes en el diario La Tercera.
Lo anterior se sumó a que la Intendencia Metropolitana envió a Controlaría el proyecto para que sea reevaluado, lo que hace más incierto el futuro de la iniciativa que había entrado este año en etapa de licitación.
El proyecto del Mapocho Pedaleable tiene un costo total de 6.545 millones de pesos, que son financiados por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, en donde se repavimentaría una base firme en la ribera del río para recibir a los ciudadanos y aguantar en caso de inundación. Además, el plan contempla la apertura de cinco accesos diferentes e integrales (escaleras y rampas) en los 5,4 kilómetros de largo del recorrido de la ciclovía.
El costo
Según la intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, el costo de la inversión no se justifica a la distancia del recorrido, "estamos hablando de 5,4 kilómetros en 6.500 y tanto millones de pesos que podrían ser perfectamente 48 kilómetros de ciclovía en el resto de la ciudad".
Y agrega que "los recursos de los ciudadanos tienen que utilizarse bien y como corresponde. Lo que sí puedo asegurar es que si efectivamente la Contraloría determina que los recursos no están bien gastados en este Mapocho Pedaleable (…), esos recursos sí se van a invertir en ciclovías".
Muy distinto piensa el arquitecto, urbanista y concejal por Providencia, Tomás Echiburú, que participó en el asesoramiento del proyecto por algunos meses. "Como ciclovía (el Mapocho Pedaleable) es carísima, si tú lo pones al lado de otro proyecto de ciclovía que por los mismos cinco kilómetros puede costar 500 millones de pesos, (…) los 6.500 millones son absurdos, pero es que aquí no estás construyendo una ciclovía, lo que acá estás construyendo son cinco accesos al río, con accesibilidad universal, rampas, escaleras, accesos definitivos construidos de hormigón y una pista que tiene entre ocho y doce metros de ancho que da para hacer muchas más actividades que una ciclovía".
Según añade, "eso ha quedado demostrado en todas las activaciones que se han hecho del río, la gente lo va a ocupar para muchas cosas más que sólo andar en bicicleta".
Y continúa afirmando que se pudo haber hecho un proyecto con una ciclovía más barata, "invertir en un pavimento barato y renovarlo cada cierto tiempo, (...) cuando venga una crecida grande lo reparamos o la otra opción es hacer de frentón un pavimento que aunque le caigan tres bombas nucleares va a seguir ahí". Según Echiburú, como se tomó la segunda opción, el proyecto subió al doble su precio original.
Demanda de la ciclovía
Otro de los puntos que puso en duda Poduje fue el de la demanda de la ciclovía.
Según la intendenta, la ciclovía 42K sería mucho más utilizada que la del cauce del río por su accesibilidad, "este es un proyecto que además tampoco se relaciona mucho con que sea mucho más utilizado, se está usando muchísimo más lo que es el 42K. Obviamente está a ras de la ciudad y genera menos complicaciones para los ciclistas".
El urbanista Echiburú defiende la demanda que pueda traer el Mapocho Pedaleable a los dichos de Poduje sobre el poco uso de ésta, "si el proyecto no está construido, o sea cómo vas a evaluarlo en función de la gente que ha ido al río hoy día en estas activaciones que se han hecho que son muy precarias. Porque en el fondo, se dispone de una infraestructura que no está terminada (…) y aún así, cuando se abría el fin de semana, había treinta mil personas que lo ocupaban, sin tener ninguna infraestructura adecuada para eso. El punto es que hay una demanda potencial ahí que es muchísima mayor".
Y agrega: "Eso ha quedado demostrado ya en todos los proyectos de ciclovías que se han hecho. En que la rentabilidad que se auguraba es mucho menor que las que han tenido".
Futuro del proyecto
El envío del proyecto para su revisión en la Contraloría dejó "congelada" su realización y la licitación de los cinco accesos a la ciclovía.
Según Rubilar, "la Dirección de Obras Hidráulicas, que es la unidad técnica, nos ha manifestado que tienen complicaciones porque algunas partes son inundables y, por lo tanto, lo que nosotros estamos solicitando es una evaluación de la Contraloría de que este aumento de los recursos de más de 6.500 millones, que hace que sea una de las ciclovías más caras del mundo, obviamente esté bien justificada".
Echiburú, aunque sabe que la situación es complicada, es positivo acerca de su realización, "tarde o temprano (el proyecto) va a terminar pasando igual porque finalmente aunque hayan actores que quieran que nos aburramos de la espera o que se nos olvide, (eso) no va a pasar".
Sostuvo además que el poder de la ciudadanía va a ser más fuerte, "el proyecto es importante porque es un aporte a la ciudad y hemos trabajado muchos años de manera desinteresada para que esto salga".
Sobre el envío del proyecto a revisión a la Contraloría, Echiburú añade que "el trabajo como intendenta ahora no es encontrar las excusas para no hacerlo, es buscar la forma de hacerlo (...). Ella tiene la responsabilidad de sacarlo bien hoy día".
Y finaliza: "Esto no tiene nada que ver con política (...) hay que saber dejar las diferencias de lado y entender que por mucho que tengamos posturas distintas en términos políticos, nuestro mandato es trabajar por la comunidad".
