Bertomeu (izq) participó en el "Informe Scicluna".
Agencia Uno
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco envió de nuevo a Chile al sacerdote español Jordi Bertomeu, uno de los dos representantes papales que aterrizaron en el país para investigar las denuncias de abusos sexuales y de encubrimiento del caso Karadima.
Su visita resulta clave debido a que el Pontífice debe decidir si acepta o no la renuncia de todos los obispos chilenos por los "errores y omisiones" cometidos ante las denuncias de abusos sexuales y de poder cometidos por religiosos contra menores.
La fecha exacta del viaje del religioso no ha sido divulgada.
Bertomeu, que participó en la redacción del informe de más de dos mil páginas sobre abusos en Chile, acompañó al arzobispo Charles Scicluna, durante su visita en febrero para reunir información sobre el caso.
El religioso, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tuvo que remplazar sucesivamente en la misión al obispo de Malta, debido a que fue hospitalizado estando en Santiago.
31obispos pusieron su cargo a disposición
El sacerdote español tomó el mando de la misión papal, se entrevistó con numerosas víctimas y tuvo que realizar la mayor parte de la misión, cuyo informe fue entregado al Papa antes de convocar a la jerarquía de la Iglesia chilena en el Vaticano para una serie de reuniones que desembocaron en la renuncia de los 31 obispos en funciones.
Hasta ahora Francisco no ha reaccionado oficialmente a la decisión de los obispos y se espera que tome medidas, como les advirtió en una carta pública.
Del 1 al 3 de junio, el pontífice invitó al Vaticano a cinco sacerdotes chilenos que fueron víctimas de abusos abusos sexuales, conciencia o poder, tal como lo había hecho a finales de abril con tres víctimas de abusos sexuales en la década del 60 y 70.