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El sesudo intercambio epistolar generado por la afirmación de Carlos Peña sobre "el repentino feminismo de Piñera"

En su columna dominical, el rector acusó al Presidente de ser "insincero y errado en su diagnóstico" frente al tema. El economista Sebastián Edwards y el director del CEP, Leonidas Montes, salieron a responderle.

31 de Mayo de 2018 | 10:31 | Redactado por Consuelo Ferrer, Emol
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Carlos Peña, Sebastián Edwards y Leonidas Montes.

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SANTIAGO.- "¿Es creíble que quienes se opusieron al divorcio, a la igualdad de los hijos habidos dentro y fuera del matrimonio, al aborto, a la píldora del día después (porque a todas esas cosas la derecha se opuso) aparezcan, de pronto, promoviendo una agenda de género, un repertorio de iniciativas que abogan por la igualdad entre hombres y mujeres?".

Así comenzó la columna que publicó el domingo Carlos Peña en El Mercurio, donde el rector de la U. Diego Portales defiende que "algo así no es posible". "Cada uno está preso de sus actos pasados, de su conducta previa y no es cosa de declarar de un día para otro que ha cambiado, que las cosas serán ahora radicalmente distintas", asegura.

Sus palabras hicieron eco y generaron una seguidilla de intercambios entre figuras como Sebastián Edwards y Leonidas Montes, que no han logrado entregar una resolución final sobre el fondo de la discusión.

La carta de Peña


Citando a Hannah Arendt, Peña afirmó que "los pecados de la vida personal pueden perdonarse y siempre es posible comenzar de nuevo, pero eso no es posible en política". En su columna, acusa al Presidente Piñera de ser "insincero y errado en su diagnóstico".

"El repentino feminismo de Piñera puede ser producto de una simple impostura, de un oportunismo rampante, o, en cambio, el resultado de un error de diagnóstico"

Carlos Peña
Para justificar su punto, el académico citó la oposición de la derecha a una ley de aborto y la modificación del protocolo de aborto "entre gallos y medianoche". "Un día se esmera en reducir las posibilidades de que una mujer violada aborte y otro proclama la igualdad de género. Y pretende que se le crea", plantea.

"El repentino feminismo de Piñera puede ser producto de una simple impostura, de un oportunismo rampante, o, en cambio, el resultado de un error de diagnóstico, en la creencia de que todos los fenómenos sociales son reivindicativos y ninguno demanda cambios estructurales", aseguró.

A su juicio, lo único que "resultará con toda certeza" del interés del Presidente por impulsar una agenda de género en el contexto de un masivo movimiento feminista es que "se acabarán los chistes groseros y sexistas con que hasta ayer el Presidente gustaba adornar sus intervenciones".

La respuesta de Edwards


El primero en recoger el guante fue Sebastián Edwards, el destacado economista y escritor chileno radicado en Los Ángeles, California.

Titulada "El derecho a cambiar de opinión", su respuesta fue emitida en forma de carta al director. A su juicio, la columna se Peña se basaba en dos argumentos incorrectos: que "los políticos no pueden cambiar de opinión y son prisioneros de sus posiciones iniciales" y que "la agenda feminista en indivisible y no es susceptible de ser fragmentada en distintos componentes".

"No podemos darnos el lujo de esperar a estar de acuerdo sobre todos y cada uno de los aspectos de las demandas para hacer enmiendas y movernos hacia una sociedad moderna"

Sebastián Edwards
Sobre lo primero, opina que "contradice la capacidad de pensar libremente y la habilidad de las personas —incluyendo los políticos— de procesar bajo nuevas fuentes de información, y desde distintas perspectivas, la situación histórica y política de un país".

Para fundamentar su propuesta, Edwards mencionó un episodio protagonizado por el economista John Maynard Keynes, acusado por un adversario de cambiar su punto de vista. "La respuesta de Keynes fue fulminante: 'Si las circunstancias cambian, y cambia la información disponible, desde luego yo cambio mi punto de vista. ¿Y usted, qué hace, señor?", citó.

Sobre el segundo argumento, el economista asegura que siente "cierta simpatía" por él, pero que "en un análisis detallado" lo considera errado. "Lo que está planteando es que la oposición al aborto sería como 'multiplicar por cero': quien lo hace no puede declararse partidario del ideario femenino". Para él, ese tipo de soluciones, llamadas en economía "solución de esquina", "raramente es óptimo".

"No podemos darnos el lujo de esperar a estar de acuerdo sobre todos y cada uno de los aspectos de las demandas para hacer enmiendas y movernos hacia una sociedad moderna", aseguró, añadiendo que la respuesta del Gobierno a las demandas era "una muy buena noticia para el país".

De Keynes a Aristóteles


Al día siguiente, Peña envió una misiva al mismo medio para responder. "Temo que Edwards demuestra una mala comprensión del problema y, como consecuencia, es demasiado benevolente con Piñera", asegura.

"Incluso aceptando una interpretación sencilla de las palabras atribuidas a Keynes (que las opiniones pueden cambiar sin más), no se ve cómo ello puede conducir a aplaudir a Piñera", expone.

Poniendo el escenario de que la gente puede cambiar de opinión cuando los hechos cambian, Peña se pregunta: "¿Qué hechos fueron los que cambiaron en Chile? ¿La situación de la mujer o la presión por sus demandas?".

"Si cambió su opinión porque se acaba de dar cuenta de la real situación de la mujer, hablaría muy mal de su inteligencia o de su comprensión de la realidad; si cambió de opinión por razones de mera popularidad, hablaría muy mal de sus convicciones de político", señala.

Tras citar a Aristóteles, el columnista concluye que "el problema es más complejo de lo que Edwards sugiere".

"Atinge a lo que entendemos por democracia (si es una subasta de opiniones o una competencia de razones); a qué hechos son los que en Chile habrían cambiado (si la situación de la mujer o la popularidad de la agenda); a la fuente de la que emana la confianza (si de las razones o del simple cambio de opinión); y, en fin, a los deberes que se imponen a la mujer", especifica.

Una voz desde el CEP


"En este intercambio (entre Carlos Peña y Sebastián Edwards) hay, a mi juicio, cuatro puntos que merecen mayor reflexión", planteó en la misma sección el director ejecutivo del Centro de Estudios Públicos (CEP), Leonidas Montes, este miércoles.

"Como heredero de la tradición intelectual que valora el uso de la Razón con mayúscula, Peña podría recordar al gran David Hume (...) que afirmó muchas veces que la razón es esclava de las pasiones"

Leonidas Montes
En primer lugar, considera "muy discutible" la idea de que "en política las convicciones no permitirían cambiar de opinión. Luego, considera que la "forzada distinción entre opiniones y razón sobre la que descansa su crítica es espuria; las opiniones no son ajenas a la razón".

"Como heredero de la tradición intelectual que valora el uso de la Razón con mayúscula, Peña podría recordar al gran David Hume. Este filósofo no solo despertó a Kant de su sueño dogmático, sino que afirmó muchas veces que la razón es esclava de las pasiones", añadió.

Por último, aseguró que "centrar el debate en la cuestión de aplaudir o no al Gobierno nos desvía de la cuestión fundamental, esto es, la discusión de fondo acerca de las demandas de las mujeres para mejorar nuestras instituciones y nuestra sociedad".

La relación entre razón y pasión


Este jueves, el decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la U. Adolfo Ibáñez, Alejandro Jadresic sumó una breve opinión a lo que considera ha sido una "sesuda discusión": "Propongo aplicar el método científico y juzgar por los resultados. Evidentemente ellos dependerán del apoyo que todos brindemos a esta justa causa".

Pero junto a Jadresic llegó otra respuesta de Carlos Peña, señalando que Montes "incurre en una serie de serios errores conceptuales que, para ilustración de sus lectores, es imprescindible corregir".

"Para comprender cuán errada es la interpretación que sugiere Montes, bastaría hacerle una pregunta que, con toda razón, él consideraría absurda. ¿Cuál es la pasión a la que el CEP sirve usando instrumentalmente la razón?"

Carlos Peña
Uno de ellos sería que la doctrina de los actos propios "no tiene nada que ver con el determinismo que él parece creer". "Es una tesis acerca de la confianza o las expectativas (...) enseña que uno no puede traicionar el sentido objetivo de su conducta previa y pretender que la confianza que los demás pusieron en uno se mantenga incólume".

"Montes incurre en una interpretación gravemente errada de la idea de Hume según la cual la razón es y debe ser esclava de las pasiones. Esta idea no significa que la razón sea un instrumento de las pasiones. La pasión en Hume no es independiente de las ideas y de la reflexión. Lo que hace a la pasión ser una pasión según Hume es el pensamiento", agrega, citando a Suárez.

"Para comprender cuán errada es la interpretación que sugiere Montes, bastaría hacerle una pregunta que, con toda razón, él consideraría absurda: ¿Cuál es la pasión a la que el CEP sirve usando instrumentalmente la razón?", concluye este jueves el rector Carlos Peña.


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