SANTIAGO.- Durante la madrugada de este viernes, Fernando Andrés Castillo Herrera (26 años) -imputado por robo en lugar habitado- y Franco Andrés Álvarez Astudillo (26 años) -imputado por robo con intimidación y robo en lugar habitado-, se fugaron del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Colina II.
Hasta el momento, no se sabe del paradero de ambos sujetos, pero Gendarmería ya activó un operativo de búsqueda.
Esto se supo porque la mañana del viernes, tras el procedimiento de rutina en el que se cuenta a la población penal, faltaban dos internos del módulo 13.
Así, a la espera de ver qué ocurrirá con los dos individuos, recordemos cinco fugas de los últimos años que son recordadas en el país y que han marcado la pauta ya sea por su forma o trascendencia.
Dentro de un sillón
El día 5 de marzo de 2014, el reo Alexis Rivera Otárola logró algo insólito: Se escapó de la cárcel Colina II al introducirse dentro de un sillón que se hizo dentro del penal, aprovechando sus labores en el taller de carpintería.
De esta forma, y después de cruzar hacia Argentina por un paso no habilitado, Rivera fue capturado cerca de dos meses después en la localidad trasandina de Zapalla, a principios de mayo de ese mismo año.
Entre sacos de tomates y papas
Hace más de diez años, en diciembre de 2007, un recluso se escapó de manera inédita. Raúl Dinamarca, quien estaba condenado hasta 2015 por robo con intimidación en el Complejo Penitenciario de Rancagua, se fugó escondiéndose entre sacos de tomates y de papas en un vehículo de una empresa, aprovechando que era ayudante de cocina.
Cerca de tres meses después, en marzo de 2008, Dinamarca fue capturado cuando se aprestaban a asaltar un packing, en la comuna de El Olivar, en la Región de O'Higgins.
Lo delataron sus tatuajes
A principios de 2017, Leonardo Azagra, de 26 años, logró ingresar con un cuchillo al Tribunal de Garantía de San Bernado, con el que atacó a un gendarme tras pedirle permiso para ir al baño, pese a estar esposado.
Después de esto, el antisocial le extrajo la pistola de servicio al funcionario, con la cual tomó como rehén a un juez que se encontraba en el lugar. Con el magistrado como escudo, procedió a escaparse.
Azagra se mantuvo prófugo de la justicia durante cinco día, pero finalmente fue capturado en la casa en la que se escondía. Ahí trató de falsear su identidad, pero sus tatuajes lo delataron y fue capturado.
Se fugó desde la casa del director regional de Gendarmería
En 2014, José Muñoz Lara, de 46 años, se escapó después ser llevado a la casa del recién nombrado director de Gendarmería de O'Higgins, Ricardo Huerta Gutiérrez. En ese lugar debía cumplir labores de mantención de la vivienda.
Días después, el individuo, quien cumplía condena por homicidio simple en la cárcel de Rengo, fue detenido en el sector de Estación Villa Alegre, en la casa de su abuela.
Aprovechó una emboscada
Nelson Patricio Navarrete, en noviembre 2014, logró escapar cuando estaba siendo trasladado junto a otros 18 presos hacia el Centro de Detención Preventiva de Santiago I. Durante ese proceso, uno de los vehículos de Gendarmería fue emboscado por otro auto, momento en el que Navarrete aprovechó para fugarse.
Casi un mes y medio después, la policía logró dar con el paradero de quien cumplía condena desde 2008 y fue detenido en enero de 2015 en Viña del Mar.
