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Menor desigualdad y compleja brecha de género: Los otros datos sobre Chile del Informe de Desarrollo Humano del PNUD

La medición internacional volvió a situar a Chile a la cabeza de América Latina, pero al mirar de cerca sus cifras aparecen más aristas de análisis. Argentina y Uruguay, por ejemplo, son menos desiguales que Chile y tienen mejores índices cuando se trata de equidad de género.

21 de Septiembre de 2018 | 08:02 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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SANTIAGO.- Con datos de 189 países y territorios, el Informe Mundial de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entregó hace una semana sus resultados, que volvieron a confirmar a Chile en el primer lugar del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en América Latina y el Caribe, con un índice de 0,843. Pero en el reporte, de 121 páginas, todavía quedan aristas por cubrir.

"Cuando se alcanzan niveles altos de desarrollo, seguir avanzando se vuelve de alguna manera un desafío cada vez más complejo, porque aparecen nuevos desafíos", explica a Emol el investigador del PNUD y coordinador del Informe de Desarrollo Humano en Chile, Rodrigo Márquez.

"Por eso es una tarea permanente de los países estar pendientes de desagregar sus indicadores para ver que nadie se quede atrás en estos logros y que todos y todas puedan llegar a un nivel semejante de desarollo humano", agrega Márquez, sociólogo que lleva desde 1995 colaborando con la oficina en Chile del PNUD.

Ajustar el IDH a la desigualdad


Uno de esos indicadores es una variante del IDH, que también mide el desarrollo humano pero ajustado por desigualdad. ¿Qué significa esto? "Es un intento por ir más allá de los promedios y poder mostrar cuál es el impacto que tiene la desigualdad en sus distintas dimensiones en los logros del desarrollo del país. Lamentablemente siempre genera un costo, le pone una suerte de impuesto al desarrollo humano, que hace que se pierda potencialidad en la capacidad de las personas para alcanzarlo", explica Márquez.

En términos simples, el índice ajustado analiza la desigualdad en la distribución de ingresos, pero también la distribución de las capacidades educativas y los logros en materia de esperanza de vida. En el caso de Chile, el IDH baja a un 0,71, lo que representa un 15,7% de pérdida. "Ese es el monto en el cual el valor total del IDH se ve reducido a causa de la desigualdad", explica.

15% Pierde Chile debido a la desigualdad
"Si el IDH ajustado por desigualdad fuera una suerte de medida real de la distribución de las oportunidades, el índice sin ajustar sería un índice potencial: si no tuviéramos desigualdad, llegaríamos a ese nivel de desarrollo", añade.

El porcentaje de pérdida es menor con respecto al promedio de América Latina, que reduce su IDH en un 21,8%. Es, de hecho, el tercero menor en la región, después del de Argentina y Uruguay (14,3%). Brasil, por ejemplo, llega al 23,9%. Esto significa que Chile es menos desigual de los demás países de la región.

"Es importante tener esa mirada para calibrar en el largo plazo cómo se ha ido avanzando a través de los distintos años y gobiernos, pero eso no significa que no haya desafíos en comparación a los países de desarrollo humo más alto", advierte Márquez.

El porcentaje de variación de Austria es de un 8%, el de Finlandia de un 5,6% y el de Japón es aún menor: un 3,6%. En promedio, la pérdida porcentual de los países de desarrollo humano "muy alto" del índice es de 10,7%.

"Comparando el índice de Chile con esos países, que es con quienes debiésemos aspirar a estar, sigue habiendo un importante déficit. Esa es la comparación que nos debería desafiar, para poder seguir avanzando", señala el sociólogo.

¿Estancamiento en el desarrollo?


Pero aunque la medición muestra una posición ventajosa para Chile en la región, permite también estudiar la evolución de las tres variables principales que se consideran para calcular el índice: la esperanza de vida al nacer, los años de escolaridad y el ingreso nacional bruto (INB) per cápita.

En cuanto a la esperanza de vida, se observa una tendencia al alza: de 73,7 años en 1990, se pasó a 79,3 en 2015. Desde entonces la cifra ha variado muy poco: 79,5 en 2016 y 79,9 en 2017. Por otra parte, los años de escolaridad promedio están estancados hace tres mediciones: se mantuvieron en 10,3 durante 2015, 2016 y 2017.

"No es de extrañar que se ralenticen algunos movimientos de los indicadores, eso sucede cuando se alcanzan niveles altos de desarrollo"

Rodrigo Márquez
El INB per cápita superó la barrera de los US$ 21 mil en 2015, después de ubicarse en US$ 18 mil en 2010. El valor todavía no supera los US$ 22 mil. Por eso, hay quienes han hablado de un estancamiento o una reducción en la velocidad del progreso.

"No es de extrañar que se ralenticen algunos movimientos de los indicadores, eso sucede cuando se alcanzan niveles altos de desarrollo", explica Márquez. "La buena noticia es que hay un nuevo país desde el cual asumir esos desafíos, que efectivamente se hacen cada vez más complejos".

El investigador explica también los factores que explican que Chile haya llegado a un estadio alto de desarrollo en la medición. "Uno puede observar una suerte de coherencia entre las políticas que han permitido el crecimiento económico y las políticas públicas que han permitido que ese crecimiento haya llegado a tocar la vida de las personas en términos de acceso a educación, salud y oportunidades", menciona.

Un "núcleo duro" de la desigualdad


Si hay un aspecto que el informe cataloga como un "desafío pendiente" es el de la igualdad de género, que se calcula para efectos del índice a partir de las diferencias que presenta cada variable del IDH, pero analizadas por sexo.

El resultado del índice no se categoriza como un ranking, sino que sitúa a los países en cinco grupos distintos. En el 1 se encuentra Suiza, y en el 5 Nigeria. Chile está en el número 2, junto al Reino Unido y a Alemania, pero en el grupo 1 hay países vecinos, como Argentina y Uruguay.

2,3 Veces mayor es el IDG en Chile que en países de alto desarrollo
En cuanto al Índice de Desigualdad de Género (IDG), que se calcula en base a la salud reproductiva, el empoderamiento y la actividad económica, la brecha en Chile es 2,3 veces la observada en el promedio de los países de muy alto desarrollo humano. De acuerdo a la medición, el PIB per cápita del hombre casi duplica el de la mujer.

Para hablar del tema, Márquez pone un ejemplo. "Una vez que hombres y mujeres entran a participar en los mercados laborales, suele suceder que hay una diferencia en el porcentaje de ingresos que reciben unos y otros por el mismo trabajo, y cambiar esa situación es muy difícil. Es parte de lo que en otro informes hemos llamado 'núcleos duros' de la desigualdad de género".

"Se ha avanzado mucho en estos últimos diez años, pero falta bastante y se nota cuando se compara con otros países. Por ejemplo, los escaños parlamentarios ocupados por mujeres acá son menores que en Argentina. El desarrollo humano es para todos y para todas, no se puede pensar en él solamente pensando en la mitad de la población. Ese es un desafío que se ve como un pendiente", comenta.
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