SANTIAGO.- A mediados del 2016 entró en vigencia la
Ley de Etiquetado de Alimentos, una normativa que busca proteger la salud de los chilenos, principalmente de niños y niñas, a través de un marco regulatorio que informa a los consumidores sobre los productos que superan los límites de nutrientes críticos establecidos por el Ministerio de Salud; restringe la publicidad de estos alimentos enfocada en los menores de 14 años y asegura una oferta saludable en los establecimientos escolares.
Un estudio realizado por
académicos del INTA de la U. de Chile, de la U. Diegos Portales y de la U. de Carolina del norte en Chapel Hill analizó los resultados obtenidos desde que esta medida comenzó a regir hasta la mitad de 2017, demostrando que durante este periodo inicial el impacto fue mayoritariamente positivo.
La investigación, que fue financiada por Bloomberg Philanthropies, IDRC Canada y Conicyt Chile, arrojó datos como que en los primeros seis meses la
compra de cereales de desayuno que contienen sellos disminuyó en un 14%; mientras que las
bebidas azucaradas -teniendo en cuenta la reformulación de algunos productos para adecuarse a la normativa- bajó en un 25% en 18 meses.
Estas cifras sugieren un
cambio en los ambientes alimentarios y en la conducta de los consumidores, quienes se muestran dispuestos a elegir productos que tengan menos sellos. Además, se ve un avance a nivel de industrias, ya que parte de ellas se mostraron dispuestas a
reformular su oferta para hacerla más saludable. De esta forma se lograron los dos principales objetivos que tenía la Ley de Etiquetado.
La directora nacional de Colegio de Nutricionistas,
Cecilia Sepúlveda, coincide con este diagnóstico y asegura que, en general, el gremio considera que
"la ley tiene un impacto positivo", ya que se le ha facilitado a la gente "identificar los nutrientes críticos, por ejemplo, cuáles son con más azúcar, cuáles tienen más grasa y, de alguna forma, evitar ese tipo de alimentos".
14%disminuyó la compra de cereales con sellos
Pese a esto, la profesional señala en que
aún falta tomar en consideración otros factores, ya que "la ley por sí sola no es suficiente y necesita una educación de por medio, porque las etiquetas lo que te marca es finalmente es alto en grasas, alto en calorías, alto en azúcares, pero en cada 100 gramos y muchas veces las porciones pueden ser superiores a los 100 gramos o pueden ser inferiores a los 100 gramos". En ese sentido, enfatiza en que se debe avanzar en la difusión y la educación al público en cuanto a las porciones.
"Y lo otro, pero es complejo, es el tema de los alimentos a granel, por ejemplo los sándwiches, las sopaipillas de carrito, ese tipo de cosas que las personas no tienen cómo saber si es que es alto en grasa, si es que es alto en azúcar o alto en calorías", agrega Sepúlveda.
La importancia del marketing
La restricción publicitaria de los productos "altos en" también fue analizado dentro de esta investigación. De esta forma se mostró que la
exposición de niños preescolares a comerciales de este tipo de alimentos disminuyó en un 46% y, en el caso de los adolescentes, la baja fue de un 62%. Cabe recordar que desde mayo de este año se puso fin a los comerciales de estos alimentos en el horario diurno y se añadió el mensaje de advertencia "prefiera productos con menos sellos" en la publicidad nocturna. Esto se sumó a la ya implementada eliminación de caricaturas en los productos con nutrientes críticos.
El profesor de Marketing del Instituto Duoc UC sede Plaza Oeste, Andrés Muñoz, explica cuánto han influido estas determinaciones en las conductas de los consumidores, especialmente en los niños y niñas: "Si a mí me sacan el ícono, mi marca, mi imagen, mi posicionamiento ganado, obviamente voy a perder como empresa, y eso se nota en la baja de las ventas, porque el producto no es tan atractivo para el público objetivo al cual quería llegar".
"Por ejemplo, en el tema de los cereales, el tener un monito atractivo, el tener un personaje que llamara la atención de los niños, eso era más que inclusive que el propio producto y ya no tenerlo significa empezar a competir por otros tipos de posicionamientos, que no tiene que ver con algo publicitario sino que tiene que ver más bien con una cuestión del valor que yo le doy al producto. ¿Pero cómo hacer entender a un niño que un producto tiene valor? Es muy difícil. Por eso, claramente ellos (las empresas) en base a esto y la esta ley ya están perdiendo", explica.
Un trabajo a largo plazo
Uno de los principales detractores de esta normativa es el presidente de Empresas Carozzi, Gonzalo Bofill, quien en entrevista con el diario El Mercurio calificó la ley como "un fracaso", basándose en un informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que posicionó a Chile como el segundo país OCDE con la tasa más alta de obesidad.
La directora nacional del Colegio de Nutricionistas refuta estas críticas explicando que los resultados más concretos de la ley se verán en un plazo largo: "El hecho que nosotros ahora estemos de punteros en obesidad es una situación que se viene arrastrando hace más de 15 años, por lo tanto, con una ley que lleva dos años no podemos pensar que vamos a tener un impacto en el estado nutricional inmediato".
"La verdad es que haciendo un análisis y viendo la situación, nosotros lo que esperamos es que con esto se prevenga la obesidad en los más chicos, o sea los niños de ahora cuando sean adultos, ya que considerando esta ley, la selección de alimentos y la educación alimentaria deberían tener unos índices de obesidad más bajos ", sentencia.
