El velorio del joven que falleció baleado por Carabineros, en un confuso incidente ocurrido el jueves en la noche, estuvo marcado de tensión este fin de semana y contó con una fuerte presencia policial.
Según detalló la institución, durante el transcurso de la ceremonia se detuvo a 20 personas por órdenes de aprehensión vigente, y se incautaron en total 55 cartuchos de fuegos artificiales. Todo, gracias a unos 2.500 controles preventivos de identidad que se realizaron el sector.
De acuerdo al comandante Rodrigo Soto, jefe de la Prefectura Santiago Central de Carabineros, el 60% de los detenidos contaba con antecedentes por "delitos contra personas o contra la propiedad, así como también por órdenes como control de armas".
"Aquí no tuvimos presencia de armas de fuego, no tuvimos desórdenes durante el desarrollo de este evento. Sino muy por el contrario: se desarrolló todo con total normalidad", indicó la autoridad policial.
Y agregó que "todas las acciones preventivas que se ejecutaron en las inmediaciones de este velatorio correspondieron justamente al sector donde estaba ubicado el domicilio, por ende se ejercieron estos controles con el propósito de detectar algún elemento prohibido por nuestra norma legal".
Soto explicó que la razón de la presencia de Carabineros en la zona tuvo como motivo "entregar el máximo de seguridad a la familia del fallecido y para darle tranquilidad a los vecinos". El objetivo, según detalló, era evitar que se produjeran disparos o lanzamiento de fuegos de artificio como ha ocurrido en otros velorios durante el último tiempo.
El fallecido era Juan Arenas Martínez, de 18 años, quien el jueves recibió un disparo en la cabeza por parte de Carabineros mientras viajaba en una camioneta junto a otros tres sujetos. De acuerdo a la versión policial, el joven se encontraba huyendo tras haber cometido un asalto, pero sus familiares aseguran que esa versión es falsa y que aquella noche incluso había ido a la iglesia para participar de un culto cristiano.
