SANTIAGO.- Durante esta mañana la Comisión de Constitución del Senado a
probó en general, por tres votos a favor, la idea de legislar el matrimonio igualitario, pasando este al siguiente trámite, que es la discusión general en la sala.
Quienes votaron a favor de la idea de legislar fueron el presidente de la Comisión, Felipe Harboe (PPD), Francisco Huenchumilla (DC) y Alfonso De Urresti (PS), mientras que los otros dos senadores que forman parte de la comisión, Andrés Allamand (RN) y Víctor Pérez (UDI), estuvieron ausentes durante la sesión.
Una vez finalizada la instancia, Harboe hizo latente su felicidad por el resultado de la votación, manifestando que "estoy muy contento de la aprobación en general, 3 por 0, de este proyecto de matrimonio igualitario. Creo que se avanza en libertades, en respeto. El legislador tiene que hacerse cargo de la realidad social".
"Hoy día es un hecho que hay relaciones homosexuales que demandan la creación de vínculos de familia, jurídicos, para justamente protegerse entre ellos, el patrimonio y a sus hijos o hijas. Muy contento por aportar a este proceso", complementó el senador.
Por su parte, Francisco Huenchumilla apeló a realidad del país para dar su voto a favor, indicando que "a mí me parece que hoy día, los cambios culturales que vive Chile, llevan a que el Estado tiene que tener una mirada moderna, de posibilitar un instrumento legal para aquel grupo de compatriotas, chilenas y chilenos, que están en una situación diferente".
El parlamentario, a la vez, recalcó que "ésta no es una ley obligatoria para todos, las leyes están para aquel que quiera acogerse (…) como es la Ley de Divorcio, si alguien no quiere usar esa ley y seguir igual, no la usa simplemente, si su convicción religiosa le dice que no. Nosotros estamos legislando para una situación particular que amerita ser reglada", manifestó.
Anteponiéndose al cuestionamiento que podría surgir desde el mundo religioso por su apoyo a la ley, el parlamentario de la falange fue claro en señalar que sus prioridades estaban lejos de legislar en pro de la iglesia.
"A mí, como cristiano y como católico, no me convence el argumento religioso (…) yo tengo dos sombreros, el sombrero de legislador y el sombrero de venir de un pueblo originario, cuya iglesia y cuyo cristianismo los aplastó, y cuyas ideas posibilitaron la conquista y todos los sufrimientos que ha tenido ese pueblo hasta el día de hoy. Creo que el principio del cristianismo es la caridad, el comprender a los demás", puntualizó.
