Así quedó la parroquia de la Asunción.
Aton
"
Las imágenes de esta mañana son desoladoras, conmueven, dan pena, dan lástima, una comuna que se ha convertido en zona cero, zona de sacrificio".
Así reaccionó esta mañana el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, al describir cómo amaneció la comuna, tras la violencia que siguió a una jornada de manifestaciones en el marco del primer aniversario del 18 de octubre.
Comercio atacado,
destrucción del mobiliario público y la quema de dos iglesias fueron parte de lo sucedido el domingo, lo que valió la condena del Gobierno y la detención de varios individuos entre ellos, un cabo de la Armada.
El jefe edilicio siguió con su análisis: "Lo que ocurrió ayer era predecible, uno podía, con dos dedos de frente pensar que, a pesar de que la inmensa mayoría de los que concurrieron a conmemorar el 18-O lo hicieron de forma pacífica, iban a estar los descolgados de siempre".
"Eso era predecible y uno no necesita ser experto en inteligencia", insistió. El barrio San Borja y las cercanías de la Plaza Baquedano fueron de los afectados. "Y sin embargo a mí como alcalde de Santiago, preocupado por los vecinos, del aseo y ornato, de embellecer la ciudad, me sorprende que el Estado de Chile con todas sus instituciones no haya sido capaz de contener la violencia".
"Las iglesias es parte de la destrucción, hubo supermercados, farmacias, almacenes de barrio saqueados, hubo cerca de 30 mil vecinos que revivieron la pesadilla de octubre y noviembre de 2019", manifestó.
