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Los cuatro puntos que podrían complicar aún más la relación del Gobierno y el Congreso en su último año

Al interior de La Moneda se inició un debate sobre cómo abordar los meses que vienen en medio de un año electoral, en el que los ojos estarán puestos en la Convención Constitucional, y con una alta dispersión en Chile Vamos.

10 de Noviembre de 2020 | 08:00 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
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Este fin de semana, el Presidente Piñera se reunió con su comité político.

El Mercurio.
Poco a poco se ha ido instalando en el Gobierno un debate sobre cómo enfrentar sus últimos 16 meses, considerando que existen al menos cuatro puntos que podrían complicar aún más su relación con el Congreso, en medio de un año electoral y en el que la Convención Constitucional se robará la atención de la ciudadanía.

Dicho análisis también ha sido recogido en algunos sectores y representantes de Chile Vamos, que han comenzado a advertir que el primero de ellos es la necesidad de controlar la dispersión de las últimas semanas, la cual podría agudizarse por el rol que jugarán los parlamentarios que van a reelección o los que no tienen nada que perder.

Uno de ellos fue el senador y ex ministro Secretario General de la Presidencia, Claudio Alvarado (UDI), quien ya advirtió que ese fenómeno podría afectar de forma seria el cierre de la administración del Presidente Sebastián Piñera.

"Si los gobiernos tienen baja apreciación ciudadana, la reacción natural, humana, de los parlamentarios es decir 'sálvese quien pueda' y en el ‘sálvese quien pueda’ siempre predomina la decisión particular individual de cómo me afecta en mi distrito y me da lo mismos lo que piense mi sector político, mi Gobierno", dijo a Radio Universo.

Según el legislador, "eso es muy difícil de administrar, de compatibilizar los objetivos. Por lo tanto, el llamado es a que los procesos electorales hay que afrontarlos con unidad, hacer un esfuerzo por la disciplina y también estar dispuestos a pagar ciertos costos políticos cuando hay iniciativas que no dicen relación con nuestros principios".

De lo contrario, añadió Alvarado, "si no hay disposición a asumir un mínimo de costos políticos, esto puede ser un desbande que al final del día se transforme en una montonera que no tiene ningún sentido, que nos puede afectar mucho en las elecciones próximas".

El eclipse de la Convención Constitucional

Un análisis similar realizó el ex ministro del Interior, Jorge Burgos, quien comentó que el panorama para el Ejecutivo "está difícil, porque vamos a vivir una situación política que no hemos vivido las personas que hoy día estamos en este Chile", en referencia a la segunda gran complejidad que enfrentará La Moneda.

Con ello, en entrevista con EmolTV, el ex secretario de Estado apunto a la "convivencia, ojalá lo mejor posible, entre un Congreso elegido popularmente y democráticamente, al que le va a quedar una parte importante de su mandato y que va a coincidir con la Convención Constitucional".

"Todo va a ser una novedad, ojalá que la saltemos bien, que la podamos caminar bien, porque estamos en un momento bien crispado de la política donde hay proyectos complejos", añadió, apuntando al debate que se ha dado con el segundo retiro del 10% de los fondos de pensión, donde el oficialismo no ha estado ordenado.

"Por ejemplo, con los dichos del nuevo ministro del Interior, donde dijo que ojalá la discusión del retiro de fondos sea eficiente. Cuando uno dice que el tema central es cómo se distribuye, le abrió la ventana, todo. Ese es un problema del Gobierno y después de esa entrevista ese proyecto aparentemente va a ser aprobado", dijo.

En ese contexto, Burgos insistió en que el próximo año "se ve difícil, yo creo que el equipo político del Gobierno, con las novedades permanentes que ha tenido, no ha logrado un fiato importante con el Congreso ni tampoco con sus bancadas. Eso es complejo en un régimen presidencial como el nuestro".

"Por el bien de Chile, espero que este año que queda sea un año en que nos podamos poner de acuerdo en grandes leyes pendientes. Eso sería una gran noticia para Chile, que más allá de todo lo que está pasando con estas leyes del 10%, nos pudiéramos poner de acuerdo con los cambios al sistema previsional de fondo”, recalcó.

"El equipo político del Gobierno no ha logrado un fiato importante con el Congreso ni tampoco con sus bancadas".

Jorge Burgos, ex ministro del Interior
Una visión similar planteó el cientista político y académico de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández, quien comentó a Emol que "es probable que la atención ciudadana se centre sobre la Convención, dejando al Congreso en un segundo plano durante su tiempo de duración".

"En ese escenario, ambas cámaras del Congreso tienen menos estímulos para realizar un trabajo activo de legislación, y la discusión de proyectos dependerá de la capacidad del Gobierno de manejar la agenda de temas en la opinión pública. Ahora bien, pensar en que el Congreso se debilitaría sería muy peligroso", advirtió.

A juicio del experto, "el país necesita mantener la acción y camino político mientras la Convención este en marcha, pues de lo contrario sectores más extremos podrían comenzar a levantar el por qué ambas existen. Aquí, el desafío para Gobierno y oposición es mantener un clima de gobernabilidad mientras ocurre el diálogo constitucional, solo así disminuirá la incertidumbre y se evitarán conflictos que podrían dañar el sistema democrático”.

En tanto, el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, complementó señalando que "el Congreso será el actor más irrelevante hasta que deje de funcionar la Convención. La ciudadanía y los medios de comunicación se darán cuenta tempranamente que el poder se juega en la Convención y no en el Congreso".

"Tanto así, que cualquier decisión que tome el Congreso, estará subordinada a lo que diga la futura Constitución. De hecho, la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del próximo Congreso será la más irrelevante de la historia", comentó.

Tensión con el Congreso

Asimismo, Fernández comentó que "la relación entre Ejecutivo y Legislativo está en problemas, porque este es el Congreso más polarizado desde el retorno a la democracia y porque bajo la lógica de reelección del nuevo sistema electoral, los incentivos de sus miembros son buscar proyectos que permitan apelar a su nicho para mantener su escaño".

Además, recordó que "la oposición, en tanto, buscando ampliar sus opciones de gobernar en 2022, evitará pactar con el gobierno, por lo que la paralización legislativa podría mantenerse a menos de que figuras como el nuevo ministro del Interior, Rodrigo Delgado, sean capaces de transformar el foco de la opinión pública".

"La relación entre Ejecutivo y Legislativo está en problemas, porque este es el Congreso más polarizado desde el retorno a la democracia".

Miguel Ángel Fernández, cientista político
Morales añadió que "la oposición sabe que parte de su éxito depende de la debilidad del gobierno y su eventual hundimiento. Adicionalmente, los legisladores de Chile Vamos que buscan la reelección, estarán más pendientes de sus campañas que de defender al Gobierno".

"De hecho, se van a distanciar de un gobierno impopular, saltando del buque antes de que éste se hunda. Por cierto, este Gobierno- en lo que queda- será sólo de administración, pero no de gestión política. Está contando los días para que termine el calvario que significa gobernar bajo estas condiciones", indicó.

Según el analista, "la baja popularidad, el desorden de sus legisladores y los problemas políticos de su coalición, son parte de las razones por las que veremos de aquí en adelante, un Presidente, pero sin gobierno ni partidos".

La variable de las elecciones

Sobre cómo debiera abordar el Gobierno las dificultades con su propia coalición, Fernández indicó que "con un gobierno con baja aprobación, la relación con sus congresistas siempre será compleja. Más allá de que la administración de Piñera busque mantener espacio de encuentro y diálogo, la tentación electoral de buscar posicionar su propio nombre para no depender de la coalición es difícil de equilibrar".

"Ahora bien, una figura presidencial fuerte transforma una adhesión a la coalición vía Gobierno a un orden, por el efecto de arrastre presidencial que les permite aumentar su posibilidad de éxito electoral. La centroderecha deberá tomar decisiones en este sentido, pero como tiene candidatos bien posicionados no debería existir un flanco insalvable para reordenar la coalición de cara a la batería de elección que se avecina", avizoró.

En cuanto a si el fin de la reelección puede impulsar a algunos congresistas a presentar proyectos inconstitucionales o populistas, algo a lo cual también pueden sumarse los que van a la reelección para ganar puntos en sus territorios, Fernández manifestó que "la tónica de legislar desde el populismo se instaló en el Congreso hace ya meses".

"Pareciese que los congresistas están más preocupados de instalar proyectos populares que de realmente la institucionalidad del país. El Gobierno debe preocuparse de mantener a raya estos impulsos, pues el daño que se le hace al régimen democrático es peligroso", recalcó.

Asimismo, expresó que "uno esperaría que en el Congreso también entendieran esto, pero la polarización que viven, exacerbada por ansias de popularidad electoral, pareciese que los ciega frente al desafío democrático que vive el país. Ese simplismo que rodea a algunos sectores que habitan el Congreso debería ser frenado".

Finalmente, Morales coincidió en que "los congresistas que no buscan la reelección estarán más concentrados en buscar una nueva fuente de empleo que de legislar. Lo más probable es que tengamos serios problemas para conseguir los quorum necesarios para tomar decisiones”.

"Ante un contexto en que estos legisladores ya no tienen nada que perder- salvo que postulen a otro cargo posteriormente- podrán darse gustos personales, promoviendo proyectos abiertamente inconstitucionales o de tinte populista", concluyó.
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