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Disputar la interpretación del Corán a los hombres y superar el recelo occidental: Las luchas del feminismo musulmán

Aunque diferente a lo que ocurre en occidente, el feminismo islámico también está jugando un papel para reivindicar a la mujer musulmana en su propio contexto.

20 de Agosto de 2021 | 08:00 | Por Natacha Ramírez, Emol
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Derecho a la educación, a ser una líder religiosa, a interpretar y a decidir son algunas de las reivindicaciones.

AFP
SANTIAGO.- La llegada al poder de los talibanes en Afganistán ha puesto los ojos de la comunidad internacional en las principales amenazas por ese régimen: las mujeres. Durante su anterior hegemonía (1996-2001), éstas fueron relegadas de la vida pública, siendo víctimas de castigos corporales y lapidaciones. Todo bajo la aplicación estricta y radical de la ley islámica o sharía, por parte del grupo fundamentalista. Esta vez, han asegurado que respetarán los derechos de las mujeres y permitirán que trabajen y estudien, pero "dentro del marco de la ley islámica".

Todo esto ocurre mientras en el mundo occidental el movimiento feminista ha tomado fuerza y amplitud, permeando distintos ámbitos de la vida. Ante eso, lo de Afganistán pareciera ser de otra época. En occidente las luchas de las mujeres son por la igualdad salarial, la participación paritaria y los derechos reproductivos –entre muchas otras–; mientras que en algunos países islámicos la preocupación más urgente es que no se permita a las mujeres estudiar, trabajar o salir de la casa.

Sin embargo, y aunque no es tan conocido en occidente, sí existe un feminismo musulmán o feminismo islámico. Y aunque su batalla inmediata no sea contra el "mansplaining" o el "manspreading" –conceptos ya instalados en esta parte del mundo–, el principio de base es el mismo: la igualdad entre hombres y mujeres.

Según explican expertos en el tema, a lo que apunta el feminismo islámico es a reinterpretar el Corán (en árabe "itjihad"), sin ceñirse a las lecturas más conservadoras sobre el texto sagrado del islam. "Lo que las feministas musulmanas dicen, de manera crítica, es que el Corán, como texto revelado, no es un texto patriarcal, sino un texto de una igual radical y absolutamente democrática entre hombres y mujeres. Y el problema –dicen ellas– es que la tradición patriarcal de las sociedades musulmanas y árabes interpretó el Corán de una manera patriarcal", señala Rodrigo Karmy, doctor en filosofía de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Estudios Árabes.

"Lo que vienen a hacer los movimientos feministas musulmanes es a disputar el terreno en el que se juega la interpretación del Corán", afirma el experto, en radio Cooperativa. En concreto, postulan que "el Corán no es un texto prescriptivo, sino un texto nemotécnico que simplemente le recuerda al fiel que Dios es uno solo y Mahoma es su profeta". Y que la sharía "no es un derecho; es un horizonte moral, un camino de salvación, nada más".

La activista Ayaan Hirsi Ali, ex musulmana y una de las voces más fuertes hoy contra el radicalismo islámico, ha señalado que relativizar el Corán puede terminar con la opresión a la mujer. "Si no se toma literalmente el Corán, puede empezar a permear el pensamiento crítico, que es lo único que lleva a la libertad. No hay que enseñar qué pensar, sino cómo pensar", señaló en una entrevista con Emol en 2019. En aquella ocasión dijo que si eso ocurre, "la mujer musulmana puede aspirar a ser igual al hombre y ahí vendrá el verdadero cambio". "Emancipar a las mujeres es la mejor manera de terminar con el islamismo radical", afirmó.

"No se veían representadas por el feminismo occidental"


Gabriela Hagedorn, docente de la Facultad de Periodismo UDD y máster en Religión, Política y Sociedad, explica a Emol que "las mujeres musulmanas siempre habían querido participar del movimiento feminista, pero no se veían representadas por el feminismo occidental, porque encontraban difícil conciliar lo que dicta el feminismo que nosotros conocemos como tal con la religión musulmana, que para es algo interno muy importante, es parte de ellas. Entonces, empezaron a surgir distintas figuras femeninas musulmanas que plantearon un feminismo distinto, el feminismo islámico, que se adecúa a la religión musulmana".

Así, relata que "ellas comenzaron a leer por primera vez el Corán y lo empezaron a interpretar de otra forma". "Por ejemplo, en la sección que habla que está permitido que el hombre le pegue a una mujer, reinterpretaron esa parte, porque el Corán está escrito en un árabe antiquísimo, entonces vieron que la palabra ‘pegar’ tenía otro significado. Eso es algo completamente nuevo, porque no está bien visto que una mujer lea el Corán o sea una líder religiosa", afirma.

"En los últimos 20 años el discurso del feminismo liberal –del feminismo, por así decirlo, norteamericano– ha invisibilizado el discurso del feminismo musulmán, y ése es un gran problema; el feminismo liberal sospecha del feminismo musulmán"

Rodrigo Karmy, doctor en filosofía e investigador Centro de Estudios Árabes
"Entonces empezaron a ver que el profeta nunca ha discriminado a la mujer, sino que la consideraba como alguien poderoso, pero que se había creado esta jurisprudencia –hecha solamente por hombres– del pensamiento islamista, donde se ha dejado a la mujer en segundo plano". "Eso es lo que quieren cambiar las mujeres islámicas, quieren llegar a un feminismo donde la mujer tenga los mismos derechos del hombre, dentro del contexto religioso que tienen (...) En el fondo, es que tanto hombres como mujeres están al mismo nivel ante Dios", indica.

Esto se traduce, a su vez, en reivindicaciones más concretas, como que las mujeres tengan derecho a la educación, derecho a ser una líder religiosa, a interpretar y a decidir.

Este movimiento surgió después de la tercera ola del feminismo y entre sus principales exponentes se cuenta Margot Badran, Amina Wadud, Fatima Mernissi y Nawaal al Sawadi, entre otras. Hagedorn comenta que el feminismo islámico tiene más presencia en países como Marruecos o Egipto, y que hay muchas que "son estadounidenses que viven en una familia musulmana, pero conocen el mundo occidental y han visto cómo reconciliar esos dos ámbitos".

"El feminismo liberal ha invisibilizado al feminismo musulmán"


Pero el feminismo musulmán tiene más de un frente, ya que junto con intentar derribar la concepción patriarcal del islam, también ha debido sobrellevar ser mirado con cierta distancia o escepticismo por el movimiento occidental.

"Hay un fetiche de criticar que las mujeres son menos libres porque usan velo (...) Lo que quiere el feminismo islámico es que sea decisión de cada mujer lo que quiera hacer, si no quiere taparse está bien, y si una mujer decide salir con burka tapada entera porque es su propia decisión... Yo creo que no puede haber mayor feminismo que ése, en que la mujer pueda decidir por su propia voluntad qué puede hacer"

Gabriela Hagedorn, académica UDD
La activista iraní y Nobel de la Paz Shirin Ebadi, quien se define como feminista, declaró en 2018 a la BBC que "ser feminista y musulmana, sin duda, es posible" y que "con una adecuada interpretación del islam podemos tener una total igualdad de género". Sin embargo, sostuvo que la expresión ‘feminismo islámico’ es completamente equivocada. "Una persona musulmana puede ser feminista, pero el término ‘feminismo islámico’ es incorrecto. El feminismo es un término universal. No tiene nada que ver con la religión. El feminismo es feminismo”, sostuvo.

A juicio de Rodrigo Karmy, "lo que ha ocurrido en los últimos 20 años es que el discurso del feminismo liberal –del feminismo, por así decirlo, norteamericano– ha invisibilizado el discurso del feminismo musulmán, y ése es un gran problema; el feminismo liberal sospecha del feminismo musulmán, porque ve que no puede haber feminismo si es que hay una creencia en Dios".

Sin embargo, sostiene que el feminismo "es perfectamente compatible" con la religión y recuerda que "en el caso del cristianismo, también tenemos posiciones feministas muy radicales, como Teresa Forcades, que es una feminista cristiana muy interesante". En su opinión, "en el feminismo hay que aprender no solamente a desarticular los discursos más reaccionarios sobre las mujeres, sino también el discurso del feminismo liberal, que está instalado como hegemónico".

Gabriela Hagedorn coincide en que "existe desde el lado occidental una corriente que se cree un poco superior, que cree que el feminismo más liberal es el único y más superior de todos". No obstante, subraya que “en el mundo existen distintos tipo de feminismo y cada uno depende de en qué cultura esté parado”.

"Hay que entender el contexto de cada mujer en distintos tipos de mundos. ¿Por qué tiene que ser el occidental el más correcto y no el musulmán si es que la mujer ahí es religiosa?", cuestiona. "Yo creo que hay una discriminación y un fetiche de criticar que las mujeres son menos libres porque usan velo (...) Lo que quiere el feminismo islámico es que sea decisión de cada mujer lo que quiera hacer: si no quiere taparse está bien, y si una mujer decide salir con burka tapada entera porque es su propia decisión... Yo creo que no puede haber mayor feminismo que ése, en que la mujer pueda decidir por su propia voluntad qué puede hacer".
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