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Más allá de la ex "bancada estudiantil": Qué fue de otros líderes del movimiento que irrumpió con fuerza en 2011

A casi una década de las intensas movilizaciones que continuaron con las demandas de la "revolución pingüina", varios ex dirigentes han compatibilizado sus profesiones con lo que llaman la "segunda línea" de la política.

26 de Diciembre de 2021 | 08:00 | Por Daniela Toro, Emol.
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El Mercurio (archivo)
"La historia del líder estudiantil radical", "de líder estudiantil a presidente millenial de Chile", "el líder estudiantil que llegó a La Moneda". Esos son algunos de los titulares con que la prensa nacional e internacional retrata la biografía política de Gabriel Boric, quien el pasado domingo se convirtió en el Presidente electo de Chile.

Boric fue parte de la camada de líderes estudiantiles que emergió con fuerza en 2011, año en que las dirigencias universitarias decidieron hacer transformaciones desde sus propios planteles e insistir en la resolución a las demandas que dejó la llamada "revolución pingüina" de 2006 y que no habían sido subsanadas del todo.

Pero junto a Boric, hubo otros tantos líderes que habían logrado instalarse como rostros del movimiento que exigía garantizar el derecho a la educación. Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Karol Cariola se convirtieron en algunos de los rostros más conocidos de las movilizaciones, pero también hubo una decena de otros líderes de distintos planteles articulados en la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).

Todos ellos alcanzaron una mayor visibilidad en el tiempo tras llegar al Parlamento en 2014 con la mayoría de sufragios en sus respectivos distritos. Desde entonces, fueron catalogados como la "bancada estudiantil", una forma de identificar a este grupo de jóvenes que buscaban llevar su lucha hasta el Parlamento y pese a tener distintas militancias, aseguraban tener un horizonte común.

El camino de otros ex líderes estudiantiles


Hay un tercer contemporáneo a los actuales diputados -Jackson y Vallejo- que lideró la revolución estudiantil de 2011: el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (Feusach) y ex candidato a alcalde por Estación Central, Camilo Ballesteros (PC).

En su currículum también suma la incorporación a la campaña de la ex Presidenta Michelle Bachelet en el comando juvenil y en abril de 2014 asumió como director de la División de Organizaciones Sociales (DOS) de la Secretaría General de Gobierno, donde estuvo hasta 2017.

"Tengo interés en trabajar en soluciones desde los territorios. Por supuesto que hay posibilidad de participar desde la política, pero no es la única vía, también está la academia".

Camilo Ballesteros, ex dirigente estudiantil
En conversación con Emol, cuenta que posteriormente se fue a Inglaterra a estudiar inglés, volvió en septiembre de 2018 y trabajó junto al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, en materias de participación ciudadana y territorio. En 2019 se fue a España a estudiar un máster en Sociología y los meses más duros de pandemia los pasó en Chile. Ahora está nuevamente en Barcelona, cursando un segundo máster, en la Universidad Pompeu Fabra.

Ballesteros dice no tener claro lo que pasará a futuro en política, "pero tengo interés en trabajar en soluciones desde los territorios. Por supuesto que hay posibilidad de participar desde la política, pero no es la única vía, también está la academia", plantea.

Laura Palma, ex vocera de la Confech de 2011 y ex dirigenta de la Universidad de La Serena, se tituló como profesora de historia en 2014. Dos años más tarde llegó a Santiago para trabajar en la DOS, hasta 2018, periodo donde también colaboró con en el primer proceso constituyente impulsado por la ex Presidenta Bachelet. Luego se dedicó a hacer talleres de participación ciudadana y cursó diplomados en la Chile en temas de género y políticas públicas.

Desde 2019 que vive en Concepción, donde cursa un magíster en investigación social y actualmente asesora a la convencional Loreto Vidal (Ind). "Nunca me desligué completamente, pero pasé a segunda línea; aunque todo lo vivido marcó mi desarrollo personal y profesional", reflexiona.

Otro ex vocero de la Confech de la época, el sociólogo Guillermo Petersen (PC) también trabajó en la DOS; participó en la administración de la ex alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá (2012-2016) y colaboró con el timonel comunista, Guillermo Teillier. Hoy está radicado en Buin y trabaja en el gabinete de la diputada Marisela Santibáñez. Dice que no busca un cargo político en la actualidad, "pero tampoco lo negaría si fuera acorde a mis necesidades".

"Nunca me desligué completamente, pero pasé a segunda línea; aunque todo lo vivido marcó mi desarrollo personal y profesional".

Laura Palma, ex vocera Confech
Quien tomó un rumbo más alejado de la política -pero como un observador cercano- fue Andrés Fielbaum, ex presidente de la FECh para el periodo 2012-2013. El ex líder estudiantil tiene un nutrido currículum, entre ellos, el de doctor en sistemas de ingeniería de la Universidad de Chile e investigador postdoctoral de la Delft University of Technology. Además integra la "Red para el futuro del trabajo".

Fielbaum es fuente recurrente de medios de comunicación en materia de transportes y nuevas tecnologías, con una mirada apegada a la realidad social; ha escrito decenas de columnas asociadas a las necesidad de repensar el modelo actual.

La posta a la cabeza de la FECh la tomó Melissa Sepúlveda, quien estuvo en el cargo entre 2013 y 2014. Asumió el cargo cuando estudiaba quinto año de medicina y se definía entonces como libertaria feminista. Por entonces descartó su apoyo a Vallejo y Jackson, quienes apuntaban a llegar al Parlamento, pues criticaba que esa vía no era la adecuada para lograr transformaciones. Dentro del registro de su actividad posterior, Sepúlveda fue vocera de "Decido y soy libre", campaña en apoyo al aborto libre.

El 2014 fue el año que marcó el "declive" del movimiento estudiantil, hecho que Sepúlveda reconoció tan pronto asumió en la FECh, a su juicio, los estudiantes se habían quedado "sin un quehacer concreto" de cómo avanzar en la consecución de las demandas.

Para Ballesteros, los objetivos y logros de 2011 fueron distintos a los de 2014. "En el inicio se buscaba que la ciudadanía pudiera conocer los problemas de la educación y viera la desigualdad; eso se logra ese año. Eso fue muy distinto a lo que se necesitó después, y ese declive del protagonismo obedeció a que había ciclos distintos".

Esos ciclos están relacionados a demandas como el fin a las AFP, el movimiento LGTBQ+ y el feminismo, entre otros. "En definitiva, son distintas dinámicas que convergieron en lo que hoy es la elección de Gabriel", zanjó.
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